
Y no nos referimos a la provincia del noroeste argentino sino a la calle de nuestra ciudad que en su intersección con el Acceso Espil, se encuentra sumamente deteriorada, además de peligrosa por las aguas que de manera permanente permanecen estancadas, lo que la transforman en un profundo río de real riesgo para la gran cantidad de niños que viven en las inmediaciones. A esto hay que sumarle que los autos y camiones que circulan por allí, para poder pasar deben subirse a la vereda, con todos los riesgos que ello implica para los vecinos.