Un nuevo semáforo se suma a los muchos que quiérase o no han modificado el paisaje urbano de la ciudad, semejándolo a los de ciudades importantes a las que el intenso tránsito ha obligado a regularlo a fin de que no se convierta en un caos.
Nos referimos al semáforo de Avda, 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen, una esquina en la que ocurren y han ocurrido accidentes, especialmente cuando los vehículos que transitaban por 9 de Julio pretendían doblar hacia la derecha por Yrigoyen. Apenas inaugurado dicho semáforo fue resistido por los conductores, en razón de que existe la prohibición de doblar hacia la izquierda, obligándolos a continuar hasta Maya para poder hacerlo.
Al respecto dichos conductores, y en rigor un lector lo ha expresado claramente en una carta de lectores que publicamos en esta misma edición, se quejan de que quienes transitan por Avda. Carlos Arroyo, que desde San Martín se transforma en 9 de Julio, la última calle en la que se puede doblar a la izquierda para ir al sector céntrico (municipalidad, juzgado, iglesia, comisaría, etc.) es Gral. Paz, ya que luego deben transitarse cinco cuadras hasta Maya, para recién poder girar a la izquierda. Consideran que esa situación les produce demoras, gastos y todo tipo de molestias que antes se veían solucionadas doblando por H. Yrigoyen hacia el microcentro mencionado.
Si bien no puede discutirse que la colocación de dicho semáforo encierra razones de seguridad, tampoco debe dejar de contemplarse que su instalación es rechazada y provoca todo tipo de comentarios negativos, a los que se suma una notable rebeldía por parte de los conductores, los que doblan igualmente hacia la izquierda, aumentando aún más la posibilidad de accidentes, dado que los que circulan por 9 de Julio hacia San Martín lo hacen pensando que en H.Yrigoyen no se puede doblar a la izquierda y por lo tanto cruzan sin tomar ninguna prevención.
Si bien la decisión está tomada y el semáforo instalado y en funcionamiento, tal vez la situación amerite un estudio más profundo en busca de una solución acorde a evitar tantas molestias como las enunciadas.
No sería la primera vez que la voz del pueblo expresada en la opinión de los vecinos sea escuchada y evaluadas la causas que dan motivo al rechazo de una medida, con el fin de consensuarla y arribar a una solución que conforme a todos.