Carlos Broitman es un abogado penalista famoso, defensor nada menos que del presunto narco colombiano Henry de Jesús López Londoño, alias «Mi Sangre», detenido en un restaurante de Pilar y reclamado por la justicia de los Estados Unidos bajo los cargos de narcotráfico, que continúa detenido desde hace dos años y medio sin que se le conceda la extradición. Broitman pertenece a una familia con raíces en Moctezuma y Smith. Entre sus clientes estuvieron los hermanos Juliá , y agrega: «todo el mundo merece tener una defensa» a quienes detuvieron en Barcelona (España) con un cargamento de una tonelada de cocaína, también los acusados por el crimen de Matías Bragagnolo. «Me gustan los desafíos», dice Broitman explicando el porque elige defender a personajes con tanta carga delictiva, tal el caso de «Mi Sangre», sindicado por la policía de Colombia como el mayor proveedor de cocaína del cartel mexicano «Los Zetas» y «el narco más importante del mundo», como lo definió el secretario de Seguridad Sergio Berni. A su vez Broitman defendió a otros tantos narcotraficantes como el colombiano Álvarez Meyendorff y a Carlos García, un despachante de aduana imputado por traficar 100 kg. de cocaína en filtros de pileta. «Todo el mundo merece tener una defensa» dice Broitman, confesando que el juicio de su vida fue el «Caso Trimarchi», un comisario de la policía Federal acusado de haber intervenido en la Masacre de Fátima, logrando su absolución. Y recuerda: «La familia de las víctimas me querían linchar, había más de mil personas esperándome cuando salía del tribunal». Respecto a las críticas que le llovían de los organismos de derechos humanos, Broitman dijo: «No me vengan a hablar a mi de lo que es una represión porque yo fui víctima, secuestrado y torturado en 1977».
En fin, un hombre famoso, que probablemente haya correteado de pequeño por las calles de Moctezuma y Smith. Portador de un apellido muy conocido y apreciado. Respecto a lo que hace tal vez sea como él dice, que todo el mundo merece tener una defensa, como ocurre con los médicos, que cuando intentan salvar una vida, no preguntan si la persona es buena o mala, si el que se está muriendo es un asesino o una persona de bien.
PROTECTORES
DEL JARDIN DE INFANTES
A Carlos Casares y especialmente a Moctezuma los Broitman supieron venir seguido, especialmente cuando la docente Silvia Lence era directora del Jardín de Infantes de Moctezuma, del cual eran protectores. Sabían venir con otras personas, algunos de los cuales parecía ser un guardaespaldas, algo que suele ser común en personas que al manejar casos resonantes suelen ser blanco de amenazas y venganzas.