Con un Puma enojado hay que tener cuidado, pero si se trata de un puma herbívoro, que no hace daño y ha hecho de vender panchos el oficio que le da de vivir, la cosa cambia. De todas maneras el conocido vecino Fabio Gallardo, propietario del food truck (ahora se le dice así) en el cual vendía panchos en la vereda de la plaza en calle Almirante Brown frente a la iglesia, está enojadí-simo porque lo han desalojado del lugar que ocupaba, que en los fines de semana, especialmente a la madrugada, recibía a gran cantidad de jóvenes los que alargaban la noche comiendo panchos y hablando y divirtiéndose hasta que el sol comenzaba a picarles y se iban a casita.
UN VECINO ECHÓ LA BRONCA
Al parecer un vecino que adujo no poder dormir a causa de los ruidos, peleas y griterio que hacían dichos jóvenes, fue enojado a la municipalidad a presentar sus quejas. Como era de suponer el remedio fue reubicar al Puma Panchos, que planeaba de calentura despotricando con el vecino en cuestión, al que «alcahuete» es lo menos que le dijo, haciéndose escuchar (mejor dicho leer) en las redes sociales, enojado por el cambio. Lo enviaron a la Avda. San Martín frente a la comisaría, donde igualmente atiende a su extensa clientela, pero no es lo mismo… la yuta (en el lunfardo policía), los mira de reojo y termina cohibién-dolos.
Como se recordará al Puma es la segunda vez que lo trasladan. Cuando estaba en la casilla de chapa frente al Banco Provincia sobre la vereda de Día %, le clausuraron el negocio y cuando compró la panchería rodante le dieron la posibilidad de instalarse en la plaza.
Y créase o no, Puma Panchos figura en la guía gastronómica de Clarín. ¿Lo sabían?.