En la calle, el banco, los comercios o el café el tiempo es un tema del que siempre hablamos. Nos sirve para empezar a conversar, para quejarnos o simplemente evitar el silencio. Abril ha sido un mes lluvioso en nuestra ciudad, donde la persistencia del agua fue un problema para el Aero Club de Carlos Casares en el momento que desde el hospital, se recibió un llamado ante la posibilidad de una emergencia sanitaria. Con las condiciones climáticas de ese momento el despegue de la nave no podría efectuarse.
En el hospital, los médicos tenían una vez más una vida en sus manos; una vida de 19 días. La salud del pequeño paciente se encontraba en estado crítico. Los profesionales hacían todo lo posible para poder mejorar al bebé ya que sabían que con las condiciones climáticas imperantes, el avión, que tantas otras veces habían solicitado, esta vez no podría salir.
Los pilotos del Aero Club se mantenían expectantes y comenzaron a analizar los informes climáticos y estado de la pista. No eran alentadores pero de todas maneras comenzaron la rutina operativa para dejar preparado el avión.
Para las 4 y media de la tarde la lluvia dio una tregua que según los pronósticos no sería por mucho tiempo. El pedido de traslado urgente no se hizo esperar e inmediatamente se puso en marcha el protocolo para la realización del vuelo.
Una vez más, en cada uno de los que participan de este procedimiento (pilotos, médicos, enfermeras, colaboradores, encargados de hangar) la adrenalina llegaba a sus niveles máximos. No debe ser nada fácil saber que se está trabajando contra reloj para salvar una vida.
A las 17:15 el avión despegaba de Carlos Casares en dirección a Coronel Suárez para que el pequeño Iñaqui pudiera ser atendido en un servicio especializado de neona-tología.
Este no era un vuelo más. Fue el número 200. Todos, con un objetivo en común: salvar una vida. Fueron 200 vuelos que reconfortan y enorgullecen a los integrantes del Aero Club de Carlos Casares y también, a todo un pueblo. El vuelo 200 tuvo como protagonistas a los pilotos Juan Eceizabarrena y Miguel Mazzarella. Los médicos acompañantes Dra. Ana Ottaviani y Dr. Furlán. La enfermera Soledad Miguez y por supuesto a Iñaqui.
Pero no son solo ellos los que aprendieron a pilotear la adversidad de estos momentos. Lo propio hicieron Pablo Gorosito, actual Presidente del Aero Club, Martin Saralegui , Jorge Malatini, Pedro Byrne, Hernán Paviolo, Daniel Santos, Jorge Peloso, Luis Falcone, Norberto Barrera, Cristian Ballestra, Aldo Michelini, Alberto Pol, Rodrigo Pillado Urquiza, Gustavo Fiorito y Guillermo Mirra.