A las 4 de la madrugada del domingo la vecina del barrio aledaño al Mercante, O.M. escuchó que sus perritos estaban alborotados en el patio de su casa. Se levantó, espió por la ventana de su cocina y vió a un sujeto (era flaco y encorvado, muy joven) en actitud sospechosa aunque quietito. Corajuda dicha vecina abrió la puerta y le gritó: «salga de ahí que llamo a la policía¡», a lo que el hombre tímidamente le decía dejame entrar que soy tu tío. La mujer llamó a su compañero, éste se levantó en calzoncillos, por si acaso agarró una cuchilla y también le gritó que se fuera que iba a llamar a la policía. El hombre que parecía estar drogado o borracho no se movía y seguía diciendo «abrí que soy tu tío…».
Luego la pareja vio por la ventana que giraba un móvil policial y no sabe si lo detuvieron o el supuesto tío se batió en retirada.
Una versión distinta del Cuento del Tío, pero al parecer más inofensiva y romántica.