El martes ingresó al hospital con una obstrucción intestinal que exigió una cirugía de urgencia, el conocido vecino Félix «Mama» Baroni, de 66 años de edad. Tras la intervención fue internado en terapia, pero una infección generalizada determinó su fallecimiento a las 15 hs. del día jueves. Todo fue sorpresivo, un par de días atrás Baroni fue visto en la confitería del Gran Hotel a la que concurría diariamente. Si bien se lo veía un tanto achacado, con algunas dificultades para desplazarse, nada hacía presagiar que sus horas estaban contadas.
Félix Baroni fue un muchacho con poca suerte en la vida. El fallecimiento temprano de su madre lo afectó muchísimo, aunque junto a su padre, un viejo y honesto policía, lograron llevar el mal trance conviviendo en total armonía. Pero un nuevo golpe, la pérdida de su padre, dejó a Baroni sumido en la mayor de las soledades. Empleado de la municipalidad, radical y muy honesto, debió cargar con una cruz producto de la maledicencia de algunas personas que lo sindicaban como «mufa», cuando en realidad era una persona inofensiva que luchaba por sobrevivir sin hacerle mal a nadie. Luego vino aquel accidente desgraciado que sufriera en el que resultó con una pierna muy lesionada, debiendo pasar largos meses de recuperación, hasta que finalmente para su alegría pudo reincorporarse al trabajo, siéndole designadas tareas pasivas, hasta que hace un par de meses se acogió a los beneficios de la jubilación. Se lo comentó a un cronista de El Oeste con la satisfacción de que se acababan sus pesares, pero lejos estaba de que eso sea cierto.
Su muerte selló una existencia desgraciada. Sus restos mortales ni siquiera fueron velados. «Mama» Baroni se fue en silencio, dejando la noticia y el asombro, casi nadie se enteró de su deceso. Que Dios lo tenga en la gloria.