La noticia de que un apostador (insisten en que fue una apostadora) ganó 435 mil pesos a la quiniela, nos dio la idea de averiguar un poco sobre la psicología de los apostadores, si tienen martingalas, si juegan fuerte, si pierden mucho, si «sueñan» cotidianamente, si juegan al fiado, en fin, preparamos una serie de preguntas para consultar a los agencieros.
Como se dice en la jerga del juego, ECHAMOS MONO. Los agencieros fueron herméticos, «¡NOOO¡, lo que hacen o quienes son los que juegan, no sale de acá, como si fuéramos médicos, para nosotros es un secreto profesional», nos dijo uno de los consultados y prácticamente con las mismas palabras nos respondieron otros dos. Lejos de rendirnos optamos por preguntarles a un par de ex-empleados de agencias de quiniela, que siempre y cuando le resguardáramos la identidad no tenían problemas en respondernos.
HAY QUIENES JUEGAN FORTUNAS
Existen jugadores, no sólo hombres sino también mujeres, que juegan fortunas mensualmente, ganan y pierden, algunos hacen las mismas apuestas otros cambian, pero no tienen chucho, juegan dos, tres o cuatro mil pesos en una lotería sin inmutarse. «Cuando ganan salen en los diarios», nos dijo una de las personas entrevistadas.
Y así como hay quienes juegan fuerte, otros apenas juegan unas moneditas, son consecuentes, en especial mujeres que juegan de a un peso.
SOÑADORES
Es muy común que aparezcan jugadores que sueñan números, otros que juegan a todo lo que sea noticia, la edad del Papa, la patente de un coche que chocó, al 48 cuando muere alguien, al 44 cuando va a la cárcel, por los niños, por la lluvia, por la mala mujer, los huevos o el amor. No tienen números fijos.
LOS QUE OCULTAN SU CONDICIÓN
Hay jugadores que no quieren que se sepa que juegan, lo hacen con tiumidez, cuando sacan algo piden que no se comente, «si mi marido sabe me mata», «mi mujer me mandó a pagar una cuenta pero le juego al 33 que va a salir», comentarios como esos hay miles.
LOS QUE PIDEN FIADO
Créase o no en la quiniela también se fía. Son por lo general apostadores clientes que andan «cortados» pero quieren seguir jugando. El agenciero les fía y cuando ganan se cobra. Es un clásico aunque lo nieguen. Claro que cuando la cuenta se hace grande, el tipo o la tipa no aciertan y el agenciero reclama, los jugadores que no pueden dejar de jugar lo hacen en otra agencia. Deberían de jugarle al 27, los cuernos…
LOS MENTIROSOS
Una categoría que no podemos obviar es la de los mentirosos, los que juegan muy seguido pequeñas cifras y dicen que ganaron tanto o cuanto, que le erraron por un número o que soñaron el que salió y justo ese día no pudieron jugarlo.
LOS MENOS PENSADOS….
Y hay jugadores que el común de las personas diría: «No, ese que va a jugar, no juega ni a la bolita, tiene mucha plata, es muy serio, seguramente es un crítico del juego». Sin embargo de esos personajes hay muchos, mandan a jugar a sus empleados y a veces van ellos. Aún teniendo mucha, el jugar no tienen nada que ver con la que uno pueda tener, el asunto es ganar.
Aunque también, es justo decirlo, los que están pasando por un mal momento y buscan salvarse también juegan. Hummm… la salvación está en otra parte.
Y seguramente debe haber cientos de otros ejemplos, aunque los expuestos son los más comunes. La persona que con el 3232 ganó 435 mil pesos, alentó a los miles de jugadores casarenses que el Día del Niño se quisieron hacer un regalito y le apostaron a todo.