SAMUEL LEON “LITO” GROBOCOPATEL
El Destino, pone caminos
para que marchemos por él,
en ese andar peregrino,
de nuestro diario recorrer…
En ellos dejamos la huella
que nos recuerda después…
esos caminos le muestran
al mundo la vida tal como es…
Y en ese andar peregrino, que marca nuestro marchar, vamos dejando la huella que nos ha de recordar, como hojas de un libro que escribimos con nuestro obrar. Cada página del mismo, es un resumen de lo realizado y de los sueños también, escritos con nuestros hechos, que se han de volver recuerdos cuando dejemos de ser. Por eso cada retoño del árbol del existir, es un ramo de “no me olvides” que nos perfuma el vivir, para que en el jardín de la vida se haga recuerdo feliz… Y allí estarán los sueños, las esperanzas, el sufrir, las alegrías, las penas, la tristeza, el sonreír, el amor por nuestros hijos, el futuro, el porvenir y nuestras buenas acciones perfumando ese jardín.
En el andar por ese sendero que es presente y ayer, fue dejando huellas de vida Samuel “Lito” Groboco-patel… El mayor de tres hermanos, Adolfo. Jorge y él, anduvo otros caminos con la impropia de su ser. Los unos fueron empresarios y ganadero fue él, pero marchando por siempre por el camino del bien. Casado con “Beba” Guzmán, su compañera por siempre fue y Dios les dio tres hijos, Adriana, Fabio y Claudia, que fueron razón de ser, frutos del esfuerzo diario y del diario acontecer. Nunca se apartó un paso del camino a recorrer, y siempre montó a caballo por derecha y sin doblez, con el camino adelante que eligió para su bien, dejando en él los jirones de su hombría y honradez. Le gustó el vestir paisano y también su forma de ser, amigo de los amigos, mano franca, pecho fiel, seguidor de las cuadreras, los asados y el amanecer, dejando siempre a su paso, su buen nombre, el Lito aquel….
La vida le dio el espacio necesario para ser, que él vivió a su modo, sin pedir ni dar cuartel, hasta que el sábado 17 de septiembre, del año dos mil dieciséis, su camino se hizo meta y comenzó a ser ayer, Por camino de los recuerdos, seguro que ha de volver, Samuel “Lito” Grobocopatel, porque nunca se fue.
Luego del apretado resumen de su vida, que es homenaje y Réquiem, vamos a la dolorosa reseña de su funerario acontecer:
Samuel León “Lito” Grobocopatel, conocido vecino de nuestro medio, falleció el sábado 17 de septiembre a la edad de 81 años. Hondo dolor causó su desaparición física entre familiares, amigos, conocidos y vecinos, que quedara demostrado en su velatorio e inhumación, el mismo sábado 17, a las 18 hs,, donde fue acompañado hasta su última morada en el Cementerio Municipal. La participación de su fallecimiento, realizada por sus hijos Adriana, Fabio y Claudia, su hija política Cristina Cammaratta y su hermano Adolfo, fue el pañuelo agitado en la partida como adiós a su cuerpo y bienvenida a sus hermosos recuerdos que nos han de acompañar por siempre.
JUAN DOMINGO ONDANO