Hemos hecho una recorrida a fin de conocer el panorama actual del comercio local y el resultado es más que preocupante. Se escucha un solo lamento, han bajado abruptamente las ventas, los locales se ven vacíos, y para colmo los aumentos son continuos y en todos los rubros. Especialmente en el de la alimentación con incrementos rayanos en la ridiculez, por ejemplo que un kilo de uvas cueste $ 70.- En la recorrida hecha por nuestro cronista también fue sorprendente la diferencia de precios de unos a otros comercios en artículos similares e incluso de las mismas marcas.
Es evidente que existe un serio descontrol de precios, al que se asocian los continuos aumentos. Eso conlleva a la retracción del consumidor que compra apenas lo necesario, elige segundas marcas, busca ofertas y aún así su sueldo no le alcanza. Compran en supermercados en cuotas y al otro mes lo mismo con lo que sus saldos en las tarjetas de crédito estallan.
Es probable que para fin de año con los aguinaldos y los que tengan la suerte de recibir algún bono la situación mejore, pero después si no se implementan medidas que contemplen los problemas de las clases menos pudientes, el panorama puede empeorar aún más. El caso de los jubilados es patético, sus beneficios (aquellos que cobran la mínima) de ninguna manera satisfacen sus necesidades. Logran sobrevivir los que cuentan con una familia solidaria que los ayuda y protege, pero los que no tienen a quien recurrir se debaten en la angustia y en la pobreza. Han trabajado toda una vida para luego tener que padecer precisamente cuando más lo necesitan.
Hacen falta medidas que apunten a las clases trabajadoras, el reparto de la riqueza se hace entre unos pocos mientras el resto vive del derrame de los que más tienen cuando en realidad son el motor de su bonanza. En el tratamiento de estos temas no sirve hablar de izquierdas o de derechas, hay que hablar de DERECHOS, el derecho a una vida digna, al estudio, a la salud, a una buena alimentación, a una vivienda, a una vejez feliz. Si un gobernante no piensa en todo eso, no tendremos destino.