Vienen ya los días cálidos, en poco más de un mes asomará el verano movilizando a los casarenses a salir más, a pasear, a disfrutar de la plaza, mirar vidrieras, en fin disfrutar de los mejores días.
En el punto de «mirar vidrieras», se observa un verdadero esfuerzo de los comerciantes locales en exponer su mercadería para atraer a los compradores. Es así que las boutiques exponen sus mejores prendas, las zapaterías también, jugueterías, ópticas, mueblerías, casas de electrodomésticos, al igual que gran parte de los otros rubros, incluso se trate de comercios de venta de sanitarios, artículos para la construcción, maquinarias, etc. Pero hay otras vidrieras céntricas que son auténticos mamarrachos, con artículos tirados, tierra por todos lados y hasta telarañas. No son tantas, tal vez unas pocas, pero se notan y demuestran que a los propietarios de dichos comercios les importa poco la estética urbana, y usan el lugar de la vidriera para tirar las mercaderías «a la buena de Dios», a la vista de todos los que allí pasan y se niegan a creer que haya semejante desidia y abandono, olvidando que el motivo por el cual un local comercial tiene una vidriera, es para exponer allí sus productos, hacerlo de la manera más armónica y estética, con un claro sentido de promover las ventas.
A quienes no les interesa que las vidrieras de su local luzcan hermosas y atractivas, les sugerimos que bajen las persianas, y no sólo se ahorrarán las críticas, sino evitarán que quienes por allí pasean se lleven una imagen desagradable.