Si el destino me insiste
que ya ni golpe me ataje,
diré adios al paisanaje
de mi pago tan querido….
Para el pago del olvido,
voy en el último viaje.
EL ULTIMO VIAJE
Rogelio Araya.
Muchos, de tanto “hacer camino al andar”, como decía Machado, tanto y tanto han caminado por senderos de la patria, que con su andar han logrado, que la vida se haga distancia…Y esa distancia fue huella, un camino largo y recto, donde escribieron la historia de un marchar firme y parejo, lucha de trabajo y gloria, de sacrificio y esfuerzo, con la frente siempre en alto y el honor a flor de pecho….
Julio Oscar Páez es el ejemplo, que con su lucha y esmero fue trazando ese marchar, que fue más destino que sendero. Empezando desde abajo, con sacrificio y denuedo, lentamente en su camino muchos pimpollos se abrieron, dándole a su trayectoria aromas de tiempos nuevos, y en ese diario nacer, que la vida lo distinguiera, llegó “Expreso el Amanecer”, el orgullo de la empresa que lo viera florecer como clavel de primavera. Con su esposa, fiel compañera, y los hijos que en ese ejemplo de trabajo y recta senda, fueron su vida creciendo, un día fue una familia la que unía sus esfuerzos, para que el fruto creciera. Y cuando sus cuatro herederos, Julio César, Marcelo Alberto, Horacio Oscar y Marcelo Fabián, mostraron sus condiciones, llegó el momento del descanso y merecidas vacaciones. Ellos seguirían su huella, de viajes y comisiones, y con su esposa se fueron a disfrutar jubilaciones, con la nostalgia en el alma porque de tanto andar los caminos, la vida se hizo distancia, y la distancia nos llena el alma de costurones… Fue el reposo del guerrero añorando la batalla que a diario por la vida daba y que hoy, desde el descanso, de quietud, silencio y calma, se le antoja un “hasta pronto” que le dan cada mañana. Con los jazmines floridos que sus nietos significaban, con su marchar calmo y lerdo con que la tarde alargaba, y como decía Araya en su milonga pampeana, “Diré adiós al paisanaje de mi pago tan querido, para el pago del olvido, me voy en el último viaje”. Y el viernes 2 de diciembre, cuando contaba con gastados 83 años de lucha, trabajo y andar, Julio Oscar Páez, comisionista de profesión, silenció su corazón para empezar a marchar por pagos de los recuerdos, en su viaje terrenal. Y desde los celestes espacios donde morará su alma, seguro que ha de volver, caminos de la nostalgia, para que en cada amanecer, como su empresa proclama, abrazando de recuerdos, los caminos hechos distancia….
Y luego de estos relatos del alma, embebidos de emoción, vaya la narración de la parte más formal, la parte protocolar que merece esta ocasión:
El viernes 2 de diciembre, falleció, a los 83 años, el conocido y apreciado vecino Julio Oscar Paez, de profesión comisionista, fundador de la Empresa “El Amanecer”, que actualmente está a cargo de sus hijos. De larga trayectoria en su profesión, donde por sus dones personales y un correcto y recto camino transitado, supo ganarse el reconocimiento y sostener el prestigio que merecidamente construyera. Padre de 4 hijos, Julio César, Marcelo Alberto, Horacio Oscar y Marcelo Fabián, que le dieran un puñado de nietos, que poblaron de alegría sus años postreros. El inmenso dolor que su adiós significara, se vio reflejado en el acto de su velatorio y su inhumación, el sábado 3, a las 9 hs., en el Cementerio Municipal, previo rezo del responso religioso en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Dolor que también compartimos, ya que Julio fue un verdadero y querido amigo de esta casa.