Mientras la agenda política del país se muestra convulsionada por la puja entre los políticos del oficialismo y la oposición, se hacen encuestas, hablan economistas, sociólogos, encues-tadores, politicólogos y hasta astrólogos haciendo un análisis del acontecer diario, Casares políticamente es un remanso. Con un oficia-lismo, el de Torchio, que anuncia una catarata de proyectos y obras, ante una oposición que parece dormir el sueño de los justos, fuera de la cancha política local, limitada únicamente al acontecer perezoso del Concejo Deliberante, en el que la mayoría opositora también marca la agenda.
Tal vez mantengan la cautela, o estén velando las armas para lanzarse en el momento indicado, pero lo cierto es que se los ve aletargados, sin o con poca iniciativa, como expectantes de una realidad que no es la propia, en la que prefieren no intervenir.
«Por ahí reculan para afirmarse», dijo un ex político desencantado que la juega de analista y que vuelta a vuelta pasa por nuestra redacción para formular sus predicciones. «Les falta un candidato que mueva el amperímetro, si «Peli» no se pinta la cara y comanda la tropa, van a terminar dispersándose. El matrimonio de radicales, símil radicales y liberales del PRO, es de conveniencia, no se aman, apenas se toleran…», recalca el mismo profeta, quien remata su filípica diciendo: «Justo ligaron a un tipo como Torchio, que trabaja para la política local las 24 horas del día y de la noche también…».