Una tentación muy grande que registra decenas y por qué no centenas de hechos similares. Hablamos de quemar el Momo de Carnaval antes de la noche final del corso. Por lo general la obra de un mal bicho, tal vez secundado por otros, con el afán de adelantarse al ritual de ponerle fin a esa fiesta pagana del carnaval, quemando al Rey Momo hasta convertirlo en cenizas, como una manera de limpiar los pecados de las personas que se entregaron al frenesí de la orgía carnestolenda.
EN SMITH
SE ANTICIPARON
A LA QUEMA
El artístico y bien logrado Momo de Carnaval con el que se pensaba poner fin a los celebrados y exitosos corsos de Smith prendiéndole fuego, fue incendiado anticipadamente, al final de la primera noche de corso, por algún o algunos chistosos de mala entraña que quisieron privar a la comisión organizadora y a los miles de vecinos que seguramente iban a presenciar el espectáculo de la quema del Rey Momo. Algo que podrán hacer y disfrutar ya que los organizadores han construido otro Rey Momo, el que obviamente estará custodiado día y noche hasta el fin de los corsos.
«PELOTUDO
IMPORTANTE»
Marisol Grey, esposa del conocido vecino «Penino» Perinasso, ex delegada de la localidad y una de las organizadoras del exitoso carnaval de Smith, estalló de indignación e impotencia en su sitio de facebook calificando de «PELOTUDO IMPORTANTE» al hacedor de tamaño sacrilegio, aunque es de suponer que le deben haber surgido a su mente cientos de adjetivos de más subido tono para dedicarle al maldito bromista que quiso privarle a la comunidad de lo que hubiera sido un fin de fiesta memorable. En recuadro aparte publicamos el texto completo de lo escrito por la vehemente Marisol.
ALGUIEN DEBE HABERLO VISTO…
Es muy difícil hacer ese trabajo sin haber sido visto u oído por alguien. Si lo hicieron entre muchos el secreto no existe, la gente de Smith y los organizadores de los corsos están abocados a investigar y dar con el o los culpables. No para que vayan presos porque eso sería un milagro con una justicia blandengue y garantista, pero al menos para señalarlos de por vida y que el desprecio de la comunidad los marque «a fuego» , como la suerte corrida por Momo.