Los argentinos estamos acostumbrados a que todo lo haga el Estado, sea nacional, provincial o municipal. «Para eso pagamos los impuestos» dicen muchos y con justa razón, como también tienen razón aquellos que afirman que las municipalidades no cobran impuestos sino tasas, y que una tasa implica un servicio. ¿Cómo voy a pagar por algo que no recibo?, hemos oído en infinidad de oportunidades a gente de campo, quejosa del mal estado de los caminos, entendiendo que al pagar una tasa por arreglo y mejorado de los caminos, esos dineros deben destinarse a ese fin.
Pero claro, hay obras que se reclaman que requieren inversiones millonarias que en el caso de las comunas, no están en condiciones de afrontarlas. Máxime que existen otras tantas por las que sus beneficiarios no pagan ningún tipo de tasa, no porque no lo quieran sino porque no pueden. La salud es una de ellas.
Hace ya muchos años y en rigor en estos tiempos es común, se supieron hacer barrios por el sistema de «ayuda mútua y esfuerzo propio», consistente en una suerte de cooperativa de vecinos en las que ellos aportaban el trabajo y la comuna los materiales. ¿Por qué no poder hacer otras tantas obras con el aporte vecinal en sociedad con el aporte comunal?. Sea iluminación, mejorado, sistemas de seguridad, pavimentación, y tantas otras en las que mancomunadamente, vecinos y el gobierno comunal podrían hacer realidad?. Hace algunas décadas se realizaron obras de asfalto y otras con aportes genuinos de la comunidad, que de otra manera hubieran demorado años y vaya a saber cuando se realizaban. Sabido es que lo recaudado en tasas por la comuna ni siquiera permitiría abonar los sueldos del personal municipal, que los fondos cooparticipativos son fundamentales como así también los aportes de la Nación para lograr obras como viviendas, desagües, canales, pavimento urbano, accesos, etc.etc.
Cuando una administración municipal es criteriosa y se maneja con un plan de obras basado en las prioridades de la comunidad, los ciudadanos deben, aún pese a sus deseos y necesidades particulares, entender que esas prioridades tienen por lo general un contenido social o un interés comunal que las hace precisamente, valga la redundancia, prioritarias. No obstante si las partes que reclaman o plantean alguna necesidad están dispuestas a colaborar con aportes económicos para la concreción de tal o cual obra, la comuna si la considera razonable debe, dentro de sus posibilidades, aportar todo aquello que esté a su alcance para su concreción. Ayuda mútua y esfuerzo propio, que le dicen.