El tema del «timbreo» que se ha puesto de moda, nos hace recordar un episodio cómico que se viviera hace 47 años, en 1970, en oportunidad de la inauguración del servicio de teléfonos automáticos en Carlos Casares. Como se recordará en aquel entonces el servicio telefónico que se denominaba «Unión Telefónica» se brindaba por telefonista. Uno daba vueltas a una manivela que tenían los aparatos telefónicos y era atendido por una telefonista que le contestaba «a que número quiere hablar?, y cuando uno se lo decía, ella lo comunicaba. Los teléfonos automáticos reemplazaron a la telefonista. Bastaba marcar el número en un aparato con disco y la comunicación era automática.
LA PRIMER LLAMADA
Para Carlos Casares la obra era revolucionaria, la Central tenía una capacidad para dos mil abonados y una comisión que se formara especialmente se dedicó a conseguir un listado de abonados acorde a la capacidad de dicha Central. Presidente de esa comisión era el vecino Luis Cantisani, ya fallecido. El acto de inauguración de la Central se realizó frente a la plaza en un palco instalado para la ocasión y ante una multitud de vecinos. Era entonces intendente de Carlos Casares don Pedro Camorati, y a él le cabía el honor de inaugurar la obra. Se había acordado que dijera un discurso señalando lo que significaba para Carlos Casares el moderno cambio y luego la Central sería inaugurada con una llamada telefónica al primer abonado de teléfonos de Carlos Casares del anterior servicio. Dicho abonado era el sastre Piñeiro, un antíguo y apreciado vecino de nuestra ciudad reconocido por ser un maestro del oficio. Los miembros de la comisión organizadora del acto acordaron con Piñeiro la llamada que iba a recibir, solicitándole que a la hora pactada se encontrara en su domicilio para levantar el tubo cuando el intendente Camorati lo llamara.
Llegó la hora, en el palco del acto se hizo silencio, el intendente Camorati levantó el tubo del teléfono y discó el número de Piñeiro para cuando él contestara dejar inaugurada la obra. Se escuchó por los altoparlantes el ruido realizado al discar los números, luego las llamadas y de pronto del otro extremo de la línea el sastre Piñeiro levantó el tubo desde su casa, y como si no hubiera sabido quien lo llamaba, dijo: ¿HOLA, CON QUIÉN HABLO?. Las carcajadas del público fueron generales, ni siquiera el intendente y los que poblaban el palco pudieron reprimir las risas. Camorati tuvo que explicarle a Piñeiro que lo llamaba el intendente para inaugurar la Central. Fue un momento muy cómico.
Sería como si en el timbreo que realizó el sábado ppdo. Esteban Bullrich, candidato de Cambiemos, quien le abrió la puerta le hubiera dicho, «no necesitamos nada, buen hombre, vuelva otro día porque estamos ocupados…»