Es sin dudas la peor de las noticias. Si había esperanzas de encontrar a los pilotos y al pasajero del avión Mitsubishi desaparecido hace 29 días partió del aeropuerto internacional de San Fernando en dirección a Formosa y no se volvió a saber más de él, éstas se disiparon. Un avión que realizaba la búsqueda observó el sábado ppdo. restos del avión y el inmenso crácter que hizo en su caída. Podía identificarlo porque claramente se veía en esos restos la matrícula de la aeronave que buscaban, LV-MCV. La misma era tripulada por Matías Ronzano como piloto, vecino de Lincoln, y Emanuel Vega como copiloto, este último relacionado a Carlos Casares porque sus padres circunstancialmente están viviendo aquí y contaba además con muchos amigos. Iba como pasajero Matías Aristi hijo del dueño del avión quien se dirigía a visitar unos campos en Formosa propiedad de la familia.
HABRÍA ESTALLADO EN EL AIRE
Y CAIDO DE PUNTA
Fuentes judiciales señalaron al periodismo que la principal hipótesis es que el avión estalló en el aire y se precipitó a tierra a una velocidad de 500 o 600 km. desintegrándose. El lugar de impacto no fue el agua sino un terreno pantanoso en el cual hizo un gran crácter, ubicado a metros de la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, jurisdicción de Entre Ríos. Decenas de veces pasaron por allí aviones y helicópteros pero no lo vieron porque -se supone- los restos habían quedado sumergidos. Como hubo el sábado una bajante, se estima que la parte de la cola quedó al descubierto y fue avistada por el avión de la búsqueda. Hasta el momento sólo se encontró la cola, otras partes del avión y restos esparcidos de los ocupantes del mismo, que fueron llevados a la morgue judicial para lograr su identificación por instrucción del juzgado interviniente. Así lo indicó la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC).