Seis o siete décadas atrás, la profesora Martha Alcira Salotti una discípula de Rosarito Vera Peñaloza, la legendaria maestra riojana, dio a los docentes un recurso valioso para estimular en el niño su capacidad de redactar, usando una frase sugerente como: “Hoy antes de venir a la escuela”. Claro que los frutos de la imaginación de los niños sorprenderían a sus pedagógicas lectoras con no pocas confesiones familiares. Así una hija de una maestra escribía casi al final del texto: “Mamá hizo el almuerzo, luego que comimos, guardó en el horno de la cocina, las fuentes y los platos sucios, nos pusimos los guardapolvos y vinimos para la escuela”…Era una muestra más de la absorbente misión de ser madre y maestra procurando asumir con igual responsabilidad su diaria tarea hogareña y escolar, olvidadas indispensables en todo cambio social.
En el caso que nos ocupa, no ocurrió lo mismo, pues Aurelia Olazábal al casarse dejó el magisterio para ser exclusivamente ama de casa, pero lo notable es que pese a su temprano retiro, su trayectoria dentro de la docencia casarense tuvo vasta trascendencia.
Aurelia Olazábal nació en Irún o Fuenterrabía, Guipúzcoa, País vasco el 14 – 01 – 1900 y falleció en Buenos Aires el 06 – 08 – 1984. Su esposo, Oscar Everardo Bini (N: CC, 23 – 12 – 1902), fue designado escribiente de 3ª en la Oficina de Valuación el 23 – 03 – 1925 y cesanteado el 24 – 07 – 1935, nombrándose en su lugar a Alfredo Ramírez. Integró la CD del Club Atlético y jugaba a la paleta en su cancha. Radicados en Lomas de Zamora se dedicó a las tareas agropecuarias, mientras que Aurelia se retiró de la docencia, pero no de la actividad literaria.
En 1928 y como directora interina en la Escuela Nº 8 consigue formar una egregia Comisión Cooperadora integrada por: Presidente: Dr. Carlos Lavandeira – Vice: Graciano Ordoqui – Secretario: Luis Gorsch – Prosecretario: Luis Botti – Tesorero: Santiago Beraza – Protesorero: Adolfo Rupstein – Vocales: Manuel Tomás – Oscar Cané – Hércules Giambelli – José Pisarevsky – Tomás Paseyro y Edgardo Fuentes.
Como puede apreciarse, reunía a importantes representantes de la cultura, de las profesiones más respetables, del comercio, y de la política.
Aurelia tuvo actividad literaria en el diario “La Prensa” y durante su permanencia en la Escuela Nº 2, editaba una revista llamada “Pasitos”, destinada a los alumnos de 1º y 2º. Pero además colaboró en la “Revista de Educación Primaria” de la Dirección General de Escuelas, en cuyo número 2 de 1935 escribía: “Nueva educación.
A veces un término mal empleado puede provocar impresión desfavorable de prejuicio sobre el asunto que encabeza. Tal lo ocurrido con el de “nueva” educación, que sirve de estandarte a ese simpático movimiento docente formado por algunos maestros de las provincias y territorios argentinos.
Para quienes han dedicado su vida, desde el principio de su juventud, al hermoso apostolado de la docencia, para quienes después de treinta o cuarenta años de enseñanza activa, dominan el arte de enseñar a fuerza de haber vencido obstáculos, no solamente con la inteligencia, sino también con el corazón, la fe y la voluntad, ese término de “nueva” no puede producir otra sensación que la que importaría en otro orden de ideas, romper con todos los adelantos de la civilización actual, para comenzar por la época de las cavernas o en sentido contrario arrancar con la base sólida de lo hecho y experimentado, para lanzarse a ciegas, al caos de las improvisaciones. Y es que no tienen la preparación que debieran, encontrándose por consiguiente en condiciones desfavorables para desenvolverse con provecho en la vida, después de haberse esforzado seis años para conseguirlo.
Trabajamos con ahínco y la falla se produce ¿Dónde está el error? Posiblemente en nosotros mismos, los que estamos encargados de formar esas inteligencias y esas conciencias infantiles.