SE DICE QUE ESTABA COCINÁNDOSE UNOS HUEVOS FRITOS CUANDO ESTALLÓ EL INCENDIO
Un incendio es algo brutal, traumático, inesperado, que en unos minutos destruye esfuerzos de toda una vida, elementos materiales imposibles de reemplazar y a veces la propia existencia de los damnificados. Algo, o mucho de eso le ocurrió al vecino Rogelio Roberto Sarmiento, de 48 años, separado, con domicilio en una vivienda propia de la Avda. Maya 709 entre Corrientes y Misiones.
HABÍA SALIDO A BAILAR
Los bomberos tienen registrado el llamado a las 7,10 de la mañana del pasado domingo, pero los vecinos tomaron cuenta del mismo alrededor de las 6,30 hs. de ese mismo día, tal lo que nos relatara la vecina Nancy Mendoza, que vive frente mismo al lugar donde se produjo un incendio, en la vivienda del mencionado Sarmiento, alertados por los desesperados gritos de su morador. «Me desperté al escuchar sus gritos, «auxilio…me muero…me muero»-decía casi en un hilo de voz-. Corrimos con otro vecino, éste al ver que se estaba quemando la casa y que salía un humo negro por las puertas y la ventana quiso tirar la puerta abajo, pero le dije que no, que se iba a avivar más el fuego. Corté el gas para que no se produjera una explosión y como los gritos venían de la ventana rompimos la persiana, abrimos y allí lo encontré a Sarmiento desnudo ya prácticamente inconsciente por la asfixia, dado que el lugar estaba cubierto de humo. Lo sacamos y como vimos que estaba muy mal lo llevaron al hospital».
El fuego prácticamente quemó todo el interior de la vivienda, cocina (allí se originó el incendio), dormitorio, sala, todo, «tres veces hubo que apagar el fuego -continuaba en su relato Nancy-, la primera vez, que consumió toda la cocina y el comedor, luego de que se fueran los bomberos hubo que llamarlos otra vez porque se reavivó el fuego y se incendió el lavadero y el baño, y una tercera en todo el cielorraso que hubo que tirarlo abajo y parte del dormitorio. En el interior de la casa prácticamente se quemó todo. El final feliz de toda esta desgracia es que pudimos sacar con vida a Sarmiento».
PARA DESTACAR
El lunes se puso de manifiesto el espíritu solidario de los vecinos, los que ayudaron a sacar los escombros, tratar de sacar algunas cosas que se salvaron, los restos de lo que se quemó y ordenar lo que se podía ordenar que fue muy poco.
HACE MUCHOS AÑOS MURIÓ UN JOVEN
DE 26 AÑOS EN UNA SITUACIÓN SIMILAR
En un luctuoso hecho muy similar ocurrido hace 7 años, el 26 de septiembre de 2010 en una vivienda de la calle Monseñor D´Andrea 460 de esta ciudad, perdió la vida un joven de 26 años. Dice la crónica de El Oeste de aquel trágico hecho, que Cristian «Cuca» Rodríguez volvió a su casa luego de haber ido a bailar, eran las 5,30 hs., que entró en silencio a su casa donde dormían su madre, sus nietos y una amiga, y que se dirigió a la cocina donde se puso a calentar o cocinar algún alimento dejándolo al fuego mientras él se fue al baño. Todo indica que el chico se durmió, que el aceite de lo que cocinaba al entrar en contacto con el fuego se incendió, tomando fuego a su vez otros elementos combustibles de la cocina. El humo y el crepitar de las llamas despertó a su madre, ésta puso a salvo dos nietos que allí dormían y a ella misma. La mujer ignoraba que su hijo se encontraba en la casa, pero como alguien dijo que lo había visto entrar los bomberos comenzaron a buscarlo y lo hallaron sin vida en un pasillo. Se estima que al despertarse, ya casi sin poder respirar por el humo intentó ponerse a salvo, pero cayó desvanecido, falleciendo luego por asfixia. Luego la madre entre llantos diría: «pensar que yo estaba feliz porque había logrado salvar a mis dos nietos, y no sabía que mi hijo estaba allí muerto».