El resultado de las recientes elecciones es acaso anecdótico, si bien no se puede desconocer que la expresión popular en las urnas suele indicar nuevos rumbos, rectificar otros, pero en esencia refleja la participación de la ciudadanía en la elección de quienes serán sus gobernantes. Pero como ésta fue una elección de medio término en la que se renuevan los cuerpos legislativos, la consigna sea cual fuere el resultado es ponerse a trabajar trazando entre todos una meta clara y contundente, la de bregar por el progreso de nuestra comunidad, y esencialmente satisfacer aquellas necesidades que son impos-tergables, y que tienen que ver con la atención de la salud, la educación, la obra pública y la búsqueda de todo aquello que permita elevar la calidad de vida de los casarenses.
El aporte de los nuevos integrantes del poder legislativo debe ser positivo y orientado a ese crecimiento al que todos aspiramos. Ni poner palos en la rueda a quienes gobierna ni tampoco hacer la vista gorda si se cometen errores o se equivocan rumbos. Del aceitado desempeño de los bloques que componen el Departamento Legislativo, depende que salgan la ordenanzas, funciones los controles y se anuden proyectos propositivos, especialmente aquellos que requieren la comunidad de las partes, con acuerdos orientados al bien común, evitando mezquindades y posturas políticas acomodaticias que suelen frenar el logro de los buenos propósitos.
Finalizado el proceso elec-cionario Casares debe seguir con su marcha ascendente hacia la modernidad, ya que por sobre las diferencias programáticas o ideológicas que pudieran existir, el deseo de prosperidad y desarrollo debe ser el deseo de todos.
Por dos años la urnas descansarán para dar paso a los hechos fáticos que permitan lograr el fin propuesto.