De ninguna manera pretendemos generalizar ni mucho menos incomodar a nadie, simplemente hacernos eco de una medida municipal que a muchos debe parecerles odiosa o molesta pero que en cambio a la mayoría de los ciudadanos les significa un reaseguro que preserva su salud. Esto tiene que ver con las anunciadas inspecciones de bromatología que el gobierno municipal realizará en el transcurso del presente mes y suponemos que los posteriores. Tiene que ver con las conductas de muchos comercios del área gastronómica incluidos aquellos que expenden comidas «caseras» a manera de delivery que son muchos en nuestra ciudad que no guardan en sus lugares de elaboración la debida higiene, como tampoco la debida manipulación de los alimentos, respetar la cadena de frío y el control de los vencimientos no sólo en los productos envasados sino en los aceites de freidoras, mayonesas caseras, salsas, etc. Conversando con un funcionario, éste se asombraba por el estado deplorable que presentan algunas cocinas, por fortuna una minoría, pero que hacen absolutamente necesarias las inspecciones bromatológi-cas a fin de que cumplan con las normas de salubridad e higiene vigentes.
Creemos que dichas inspecciones deben ser integrales y periódicas, incluso sin previo aviso, no con el afán de perjudicar a nadie, pero sí como un hecho habitual cuyo efecto sea el de tener todo en orden porque en cualquier momento puede llegar una inspección sorpresiva.
Tales inspecciones deben llegar a quienes manufacturan chacinados u otros productos que exigen higiene y lugares adecuados, un tema sumamente delicado que no siempre se ha respetado que puede ser causante de graves consecuencias para la salud de las personas.
«El que avisa no traiciona», dicen, por eso tal vez la comuna avisa que los comercios que expenden productos alimenticios serán inspeccionados. Tomen nota.