El Mundial Rusia 2018 deja a los casi 50 mil argentinos que fueron a ver el seleccionado nacional a Rusia y los millones que lo siguieron desde todos los rincones del país, un mar de lágrimas, bronca y lamentos al por mayor, y el sabor amargo de pasar un papelón
.UN CASARENSE
Prácticamente el último día, no aguantando más las ganas de ir y alentar al equipo argentino en Rusia, el conocido vecino casarense Santiago Matutis sacó los pasajes, tomó el avión consiguió la entradas, gastó una fortuna y se sentó en una cómoda platea para verlo ganar al seleccionado nacional. Previo al partido había tenido su momento de fama al ser reporteado por un periodista de TN con el cual Matutis demostró la fe que le tenía al equipo argentino, asegurando que iba a ganar. Matutis dijo que era de Carlos Casares y que había llegado a Rusia unas horas antes especialmente para ver ese partido. Un par de horas después, con el gorro y la camiseta argentina se veía abatido en su asiento del estadio, viendo frustradas todas las expectativas que tenía puestas en el triunfo ante Francia.
Como Matutis miles y miles de argentinos arrastraron su amargura por las calles de Rusia, sin poder expresar la más mínima alegría. Tuvo, como titulamos, un minuto de fama y cero alegría.