UNOS TANTOS Y OTROS TAN POCO
Cuando la pobreza aniquila los sueños
En páginas interiores de esta edición reflejamos la frustración del conocido y reconocido atleta casarense Fabián Luna, recientemente clasificado para participar del Mundial de Atletismo de Málaga (España), al haber sido coronado como Campeón Sudamericano (Mitting Internacional Master) realizado en Paraguay.
¿Por qué frustración?, bueno, simplemente porque Fabián Luna es un vecino pobre, un humilde trabajador del municipio al que le es imposible por falta de recursos viajar a Málaga para disputar por la corona mundial en su categoría.
Cuando se dice que la pobreza duele, es cierto, y hasta en las fibras más íntimas destruye sueños, ilusiones, imposibilita el crecimiento y el triunfo, sepulta las esperanzas de aquellos que por años, y ese es el caso de Luna, se prepararon para lo que ahora no podrán lograr.
Sabido es que el atletismo es uno de los deportes más sacrificados, en soledad, sostenido por una fortaleza sin par, considerado el deporte más antiguo del mundo, y una de las disciplinas, las carreras, se remontan al siglo 776 a. C. en Grecia. Y respecto al Campeonato Mundial de Atletismo en el que Luna no podrá participar, se organizó en 1983 y se hace cada dos años.
Nos contaba el frustrado atleta local que cuando supo el costo del viaje intentó juntar dinero, sus amigos y familiares hicieron una colecta, pero luego de la suba del dólar hizo añicos toda posibilidad, por lo que , resignado, decidió no viajar.
Tal vez algo se haya hecho mal, los resortes solidarios de nuestra comunidad siempre funcionaron, está la municipalidad, las empresas, los vecinos, probablemente la situación no se manejó con los efectos comunicaciones que hubieran permitido la presencia de Luna en el Mundial de Málaga. Verlo correr en tierras españolas en representación de Carlos Casares en pos de un trofeo mundial hubiera sido motivo de orgullo para todos los casarenses.
Pero YA ESTÁ como dijeran los que con dos palabras encuentran la resignación de la que uno jamás nadie se resigna, máxime cuando como en el caso de Fabián Luna, esta ha sido su gran y única oportunidad.