Se trata del Comisario (R) Miguel Omar Cerdá Bessone, emparentado a las familias Bessone y Caldentey de nuestro medio.

Días pasados se comentó en un difundido programa televisivo que se está filmando una serie sobre la vida y carrera deportiva del recordado Campeón Mundial de Box Carlos Monzón, fallecido en un accidente automovilístico el 8 de enero de 1995 a los 53 años.
Famoso por haber sido uno de los más notables boxeadores de la época, aclamado por multitudes y reconocido en todo el mundo, Carlos Monzón tuvo a su vez una vida artística y personal con claroscuros, que lo llevó del pináculo de la fama, pasando por escándalos de todo tipo, un noviazgo tumultuoso con la diva Susana Gimenez, y afrontar una condena a 11 años de prisión acusado del homicidio en 1988 de su entonces compañera Alicia Muñiz en la ciudad de Mar del Plata.
UN CASARENSE EN SU VIDA
Transcurría el año 1989, cuando el 26 de junio dio inicio el juicio oral a Carlos Monzón en Mar del Plata, jurisdicción de la Seccional de Policía X en la cual el Comisario Miguel Omar Cerdá Bessone prestaba servicios como titular de la Alcaidía en la que se alojó Monzón durante el juicio. Cerdá Bessone actualmente retirado, es casarense, familiar de nuestro colaborador autor de las Efemérides Zonales de El Oeste Nélson Bessone, y de June Bessone (f), esposa del conocido vecino Domingo «Mingo» Caldentey.
Mientras duró el juicio el Comisario Miguel Omar Cerdá Bessone fue inseparable de Carlos Monzón, con quien incluso mantuvo una excelente relación, confesándole el policía casa-rense que era un ferviente admirador suyo, a tal punto que Monzón le obsequió un par de fotos suyas cuando entrenaba autografiadas por él.
En la prensa de aquella época aparecieron numerosas fotos del casarense junto a Carlos Monzón, hasta la finalización del juicio oral y su posterior confinación en la cárcel, en la que estuvo varios años hasta que en 1995 en una salida restringida para trabajar en su Santa Fe natal, falleció en un accidente automovilístico.
Le queda a Miguel Cerdá Bessone la nostalgia de haber conocido a su ídolo en circunstancias no demasiado gratas, pero aún así disfrutó de algunas charlas y mantuvo con el campeón un excelente trato.
Nos decía el vecino Mingo Caldentey, que Miguel Cerdá Bessone no olvida a su Carlos Casares natal y visita con cierta frecuencia a sus familiares en ésta y mantiene con sus sobrinos un estrecho contacto.