Es una postal diaria de nuestro tránsito urbano, motos con asiento para dos personas en la cual viajan familias enteras, padre

y madre con dos y tres hijos, incluso se ha podido ver a madres conduciendo con un hijo de meses en brazos. Una locura.
Conocemos la respuesta de quienes cometen ese tipo de infracciones: «es todo lo que tenemos», «no podemos vivir pagando remises», «ustedes porque tienen auto o camioneta, para nosotros la moto es el único vehículo». Comprendemos como se sienten, pero también deben pensar que un choque, una caída, cualquier accidente que tengan puede terminar en tragedia. Esos pequeños sin casco, indefensos, rodando por el suelo a riesgo de pegar sus cabecitas contra el asfalto o los cordones pueden pagar alto precio por ese tipo de imprudencias.
Esta nota es un llamado de atención, ni siquiera una crítica, simplemente exponemos la realidad y tememos por lo que pudiera pasar. Son vecinos que viven lejos, que para llegar a un médico, a una farmacia, al hospital o hacer sus «mandados» diarios necesitan un vehículo en el que moverse, y no pueden dejar a sus hijos solos. Lo mismo cuando deben llevarlos al colegio, al comedor o a donde fuere. Pero de todas maneras está mal, es exponer a esas criaturas a riesgos que pueden resultar fatales.
Imágenes como esta son comunes. Un toquecito, una patinada, un roce y puede ocurrir una tragedia. Foto ilustrativa