¿Por qué la Autovía ruta 5 llega únicamente hasta Bragado?
hoy en día transitar por la ruta 5 es un suplicio. Genial el proyecto de la autovía ruta 5, que permitirá esencialmente disminuir los accidentes y las muertes, pero como se ha publicitado ampliamente, llegará hasta Bragado, y a partir de allí habrá una ampliación de las banquinas y algunas obras cumplimentarias, pero continuarán los riesgos y problemas de tránsito. Aplaudimos la iniciativa de 9 de Julio de reclamar a través de la ONG Usuarios Viales Autoconvocados la continuidad hasta su partido de la mencionada autovía. ¿Por qué no hacerlo también los casarenses?. El tránsito desde nuestra ciudad hasta Buenos Aires es intenso, la cantidad de camiones que circulan lo entorpece notablemente y los accidentes son cosa de todos los días, gran parte de ellos trágicos, producto de los sobrepasos, dado que la ruta tan angosta hace que los camiones por poco se tocan. Hacer las cosas a medias teniendo en cuenta más los costos en dinero que en vidas, sin proyección de futuro, porque en pocos años más el tramo hasta La Pampa requerirá la ampliación de la cinta asfáltica y transformar en una autopista lo que hoy es una ruta angosta que día a día se tiñe de sangre.
No es que seamos tremen-distas, las estadísticas nos dan la razón, ¿acaso piensan que el tránsito fluido llega hasta Bragado únicamente?. No, están equivocados, los casarenses lo sabemos bien, tanto como los nuevejulienses que están haciendo el reclamo. Unámonos a nuestros vecinos pidiendo que la autovía ruta 5 continúe hasta Carlos Casares. Podemos demostrar la necesidad del pedido con estadísticas de accidentes y medida del tránsito, tanto de camiones como de autos, camionetas y otros vehículos. ¿O acaso no saben que por la ruta 5 circulan enormes cose-chadoras y otras máquinas agrícolas de gran porte cuyo ancho ocupa casi las dos manos de la ruta?. El que no llora no mama, sumé-monos al reclamo de 9 de Julio y exponiendo las razones del pedido hacernos oír ante el gobierno nacional. Ya estamos cansados de ser el último orejón del tarro.