EDITORIAL
No hay cuadra en el centro casarense que tenga ocupación plena de locales comerciales. La cantidad de locales vacíos con el clásico cartel «SE ALQUILA, sea de inmobiliarias o de particulares, es notable. Antes estaban ocupados por distintos comercios que ante la caída de las ventas, la gran presión impositiva, los sueldos y cargas sociales de empleados y el aumento de los alquileres han debido cerrar sus puertas. Casares no es la excepción, el mismo fenómeno ocurre en todas las ciudades, desde las grandes urbes, donde la crísis es aún notable hasta pequeños pueblos de campaña como el nuestro. Nos decía un agente inmobiliario local que a los propietarios «por ahí se les va la mano con los alquileres», pero por otro lado a ellos también todo les aumenta y quedar retrasados en el monto de los mismos, la renta de ninguna manera justifica el valor de las propiedades. Y si a todo eso le sumamos el ¨comercio electrónico», una modalidad en pleno auge que va en desmedro de los comercios tradicionales, el panorama no podría ser más sombrío.
Se da el caso también de rubros que se repiten demasiado, el caso de boutiques y ropas para mujer, algunas carnicerías también han cerrado y pequeños almacenes de barrio que no aguantaron la fuerte competencia de supermercados y autoservicios, sumado todo a la recesión actual.
Nuestro interlocutor inmobiliario nos decía que respecto a los alquileres los propietarios han bajado sus pretensiones y aún así los interesados se espantan porque los números de todos los gastos no les cierran.
Una recorrida por el radio céntrico de la ciudad nos permitió detectar 40 locales vacíos, y lo que es paradógico algunos en construcción por lo que la oferta aumentará más todavía.
Los únicos comercios que evidencian cierto crecimiento o al menos perduran alentados por buenas ventas, son aquellos dedicados a telefonía, regalería barata, maxikioscos, ferreterías, servicios, ropa de niños, pinturerías y unos pocos rubros más.
Es de esperar que comiencen a soplar vientos de bonanza, y la llamada «malaria» dé paso a un crecimiento acompasado con el campo, que a Dios gracias ha tenido buenas cosechas y como motor del crecimiento de Carlos Casares ha contribuido a que lo que en otros lados es trágico, aquí sea tan solo preocupante.