A la opinión pública de Carlos Casares:
1) El país ha sido asolado por la pandemia del Coronavirus. Esta muy grave situación ha provocado cambios económicos muy importantes para todos, y en nuestro caso ha producido una baja de alrededor del 50% en la venta a panaderías, que es el destino principal de la producción de nuestro Molino de Carlos Casares. Desde ya antes del comienzo de la cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional la acumulación de stock de harina generó paradas continuas que fueron cubiertas con pagos normales de la empresa, sin suspensiones, a los que en las últimas quincenas se agregó un préstamo que dispuso el Gobierno, pero que no deja de tener que ser devuelto oportunamente.
2) La cadena de pagos en general se ha visto trastocada fuertemente. La cantidad de problemas en los pagos se ha multiplicado y la disminución de la atención y servicios bancarios de todo tipo están a la vista de todos.
3) Las exportaciones a Brasil de las cuales participa el molino de Carlos Casares, han cesado totalmente. La devaluación del real, que ya se venía produciendo desde principios de año alcanzó un 36% en el último mes comparada con la devaluación de nuestro peso de menos de un 5% en el mismo período. Esto indujo al importador brasileño a inclinarse decididamente a trasladar sus compras a sus proveedores nacionales, dejando totalmente de concurrir a la Argentina.
4) Dadas ciertas circunstancias relacionadas con las existencias de trigo en poder de los diferentes participantes en la comerciali-zación e industrialización de este cereal, entre los que nuestra empresa se cuenta como un importante operador, nos vemos ahora sí, rebasadas todas las alternativas, en la encrucijada de tener que llegar a la suspensión de nuestro personal, debido a la falta casi total de oferta de trigo en Carlos Casares.
La molinería concurre en la comercialización del trigo junto con la exportación. No tiene, como ésta, los medios financieros para hacer acopio como los que tiene la exportación. Más aún, las ventas se realizan en pesos y los precios de compra de cereal en cambio son afectados automáticamente por las alteraciones en el valor del dólar. Así las cosas, la molinería requiere para todo el año 6.500.000 toneladas, y lleva compradas 2.500.000, restándole comprar 4.000.000. Ese tonelaje está en poder de exportadores, productores y acopiadores y por las circunstancias del mercado no se ha conseguido hasta el momento contar con la provisión normal.
El Estado está en conversaciones con los actores para lograr aligerar la situación y pensamos que se podrá resolver en breve, pero agotados nuestros recursos para poder hacer frente a los varios fenómenos desacostumbrados arriba enumerados, no nos queda otra alternativa más que, luego de afrontar en muchas oportunidades previas la situación de parálisis con nuestros recursos, proceder a la suspensión hasta que se solucione el problema.
Por supuesto que todo recurso que sea otorgado por el Estado para el pago de salarios será canalizado automáticamente en su totalidad, como ya se ha hecho con el préstamo mencionado a los integrantes de nuestro personal.
La Empresa se encuentra elaborando activamente todos los medios de solución a su alcance, y estima poder solucionar el grave problema a la brevedad con el apoyo y la comprensión de todos los involucrados.
Buenos Aires, 24 de abril de 2020
LAGOMARSINO S.A.