A partir de su trabajo en el Consulado, influyó ideológicamente en los intelectuales y revolucionarios más cercanos como es el caso de Juan José Castelli, Mariano Moreno, Domingo French, Antonio Beruti, Hipólito Vieytes y otros.
Por ello comenzó a trabajar el camino de la emancipación, más aún después que las fuerzas napo-leónicas invadieran España y tomaran prisionero al rey Fernando VII.
Las presiones al virrey Cisneros desembocaron en el Cabildo Abierto y posteriormente en la formación de la Primera Junta de gobierno patrio, como así lo pregonaba el líder revolucionario.
Pero luego de las campañas militares y del fracaso de su misión diplomática a Europa para convencer a las monarquías del viejo continente sobre la posibilidad de la independencia de las Provincias Unidas del Sur, fue decisiva su participación en el Congreso de Tucumán. Allí, expuso su idea de una monarquía incaica constitucional, propuesta compartida con San Martín, pero que fue descartada por el resto de los diputados. Lo más importante consistió en la Declaración de la Independencia aquel 9 de Julio de l816, y ese fue uno de sus sueños más anhelados junto al otro padre de la patria.
El olvido, la pobreza y la muerte
Luego de varios intentos por parte del Directorio de reorganizar el ejército para enfrentar a los caudillos del litoral y la Banda Oriental, en los que se involucró a un Belgrano ya enfermo, éste después de volver a Tucumán a ver a su pequeña hija y ser agraviado por las autoridades de esa provincia, retornó a Buenos Aires muy afectado de hidropesía y sabiendo que tenía los días contados.
En la pobreza y no porque quisiera, sino porque no le cumplieron con los pagos acordados desde el gobierno, murió el 20 de junio de 1820, en medio de la anarquía política, con tres gobernadores en la provincia, y solo un reloj de oro, regalo del Rey Jorge III de Inglaterra que entregó a su médico personal el doctor Joseph Redhead, quien lo acompañó en los últimos años de su vida.
Murió en el olvido de los políticos de turno, solo recordado en un pequeño periódico religioso El Despertador Teofilantrópico.
Su gran legado
Además de su hijo Pedro Rosas y Belgrano, concebido con Josefa Ezcurra, cuñada de Juan Manuel de Rosas y de su hija Manuela Mónica , fruto de su amor con la tucumana Dolores Helguero, Manuel Belgrano dejó sembrado el camino de la libertad, la honradez, las convicciones revolucionarias, la independencia de la patria, la educación popular, el trabajo de la tierra, el periodismo independiente, la industrialización de los productos del suelo, el reparto equitativo de la tierra para los sectores más necesitados, la igualdad de derechos de los sectores más postergados y de los pueblos originarios y nuestra gloriosa Bandera Argentina, creada aquel 27 de febrero de 1812 a orillas del Río Paraná e inspirada, muy posiblemente en la banda que usaban los reyes borbones.
Por todo ello ¡Gracias Don Manuel, todavía no lo hemos honrado como se merece!
Prof. Daniel Lombardo