Los dueños de bares andan con cara de guau guau porque sólo pueden habilitar las veredas, adentro está prohibido.
Si los días fueran de verano se conformarían, pero de noche hay un fresquete de aquellos y las mesas se aburren de solas que están.
EL Oeste conversó con un bolichero y este le decía: “No viene nadie, ¿quién va a querer morirse de frio?, únicamente dos o tres fumadores, el resto no sale de la casa. No sé como vamos a hacer, tenemos alquiler, empleados y costos fijos, ya no aguantamos más”.
Para que puedan abrir tendría que producirse una baja en los contagios y para que eso ocurra deberá pasar un mes o más.