EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA
Si se puede llamar enemigo a un ser microscópico que aterrorizó y sigue aterrorizando al mundo causando alrededor de UN MILLÓN TRESCIENTOS MIL MUERTOS, fenómeno llamado Covid 19, que aún sigue y con renovado poder , para el cual aún no existe vacuna alguna que pueda contrarrestarlo. Las naciones, cada cual con su fórmula siguen acumulando muertos, unas más otras menos, confeccionándose estadísticas, encuestas, cada cual enfrentando polémicas inflamadas de revanchismo y con enemistades políticas que lo hacen todo más difícil.
El enemigo está en casa, como en Argentina donde aún está en pleno crecimiento, mientras en otros lugares del mundo donde ya pasó, ha vuelto a instalarse con una furia incontenible, cual si hubiera repuesto fuerzas para seguir matando.
Los periodistas parecen corresponsales de guerra que cuentan las batallas perdidas y ganadas, las bajas de la contienda en cada país, escuchando a los generales (epidemiólogos) y su variedad de hipótesis , conscientes que el enemigo es inmensamente superior, que por el momento la cura es esconderse en un acto de supervivencia más que de cobardía. Los otros en cambio sostienen que los ciudadanos deben ser libres de elegir, ya que no se puede condenar al mundo paralizando a todas las fuerzas de la producción y el trabajo, haciendo caso a consejos de gurúes de la economía que llaman a desoir las disposiciones gubernamentales. Y mientras tanto ese debate anula la posibilidad de encontrar una unión verdadera, el enemigo se hace un festín, mientras estamos a la espera del “Mesías” de los tiempos modernos, llamada vacuna, que cuando llegue comenzará otra guerra, cuando todos aspiren a ser los primeros.