LOS 100 AÑOS DEL HOSPITAL MUNICIPAL

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Indudablemente que el Hospital Municipal de Carlos Casares es un emblema dentro del sistema de salud. Hoy 11 de noviembre se cumplen 100 años de su fundación

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por él pasaron excelentes médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, administradores y administradoras y personal de mantenimiento que dejaron su impronta. Sería una injusticia nombrar a algunos porque caeríamos en el error de ignorar a otros que no se lo merecen.

Por lo tanto vamos a sintetizar a todos en la figura de quien es recordado por su nombre, Julio Félix Ramos.

Para conocer su historia nos remitimos a una fuente certera e incuestionable, el maestro e historiador local y  regional Nelson Bessone

JULIO FÉLIX RAMOS

El doctor Julio F. Ramos nació en Bragado el 10 de setiembre de 1891, hijo de Ángel Ramos y Camila Barrenechea, pertenecientes a la localidad de Chivilcoy  y que accidentalmente se encontraban en Bragado.

Su abuelo, Juan Bautista Ramos, fue Juez de Paz de Chivilcoy . En ese entonces se relacionó con Smith, el fundador del pueblo homónimo, según nos relata Nelson.

Posiblemente esa sea el inicio de la relación entre Héctor Alberto Smith (hijo del fundador) y Julio F. Ramos.

Cuando se trasladó a Carlos Casares, el doctor Ramos y el Dr. Carlos Lavandeira fueron médicos escolares en el año 1925.

También atendió en la localidad de Smith, adonde concurría con su automóvil en compañía de su primera esposa, la inglesa Edith Inés Hinde.

Su militancia

Además de su función como facultativo, Julio Ramos se dedicó a la política, militando con fervor en el radicalismo.

Por tal motivo fue consagrado como diputado provincial en la elección de 1935. Pero, lamentablemente falleció al año siguiente.

En 1932, en una revista surgida con motivo de los 25 años de la autonomía del partido, se escribió lo siguiente: “Es el hombre más interesante de mi pueblo, bajo un triple punto de vista: como médico, como político y como hombre….”

“…En política ha sabido despojarse del título de caudillo, para convertirse en lo que debieron ser todos los políticos: un maestro de la multitud. Sus discursos no destilan jamás hiel. Tienen más poesías en sus prosas, que muchos poetas en sus versos. Habla sin enconos, sin rencores. Jamás una palabra de vituperio para los enemigos ¿Tiene enemigos?… No, en la verdadera acepción de la palabra. Porque todos lo reconocen y admiran y los que no saben admirarlo, lo envidian, que al fin y al cabo es una forma menos decorosa de admirar…”

Su fallecimiento

Se produjo en la localidad de los Molles, departamento de San Rafael (Mendoza), cuando solo tenía 45 años y fue como consecuencia de un “síncope cardíaco”, según lo acreditado por el Dr. Teodoro Schestakov, el 26 de enero de 1937.

Julio F. Ramos se hallaba de visita a esa provincia, junto a su segunda esposa, Rebeca Rustein.

Sus restos fueron traídos a Carlos Casares y velados ante una multitud, en el Teatro Español.

Posteriormente fueron trasladados al cementerio de la Recoleta, en la Capital Federal, siendo inhumados en la bóveda familiar que está a nombre de Juan Bautista Ramos, abuelo de nuestro recordado médico.

Fuente de investigación: Periódico El Oeste, nota del Historiador Nelson Bessone, sábado 21 de enero de 2017, págs. 26 y 27.

Prof. Daniel Lombardo

 

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