Cuando el humor negro se hace realidad
Hace ya muchos años, en la puerta de un cementerio había una placa de lustrado bronce y letras en relieve que decía así:
Aquí yace Eleuterio intendente de un pueblo agreste que encaró formal y serio el problema contra la peste y agrandó el cementerio
Tal vez el verso que inspiró Eleuterio sea de humor negro, pero cuánto de verdad tiene en estos tiempos de pandemia, cuando la impresionante cantidad de muertos que arrojó en países como Brasil y tantos otros que se vieron obligados a habilitar terrenos en los cementerios para cavar cientos de tumbas ante la increíble mortandad de contagiados de Covid 19, o coronavirus.
Y no es broma, eso sucedió y está sucediendo, porque la mortandad sigue a pesar de la vacuna, que era la única posibilidad de combatir a la peste.
Hoy con la segunda ola y un virus más agresivo y contagioso las consecuencias son las mismas, algunos pueblos agrandan hospitales y salas de terapia intensiva, vacunan lo que pueden porque estas escasean, y no está lejos que muchos de esos pueblos (no es el caso de Casares) deban agrandar sus cementerios.
Que fue lo que hizo de impotencia Eleuterio, que sin armas para derrotar la peste, terminó agrandando el cementerio. Aquel verso evidentemente no era humorístico, revelaba una realidad que hoy se vive aún en plena vacunación, que por cierto no es suficiente. La solución es ayudar a la vacunación, cumpliendo con todos los cuidados y siendo obedientes con las medidas de restricción que dicte el municipio para evitar los contagios.