Abel Bernardo Miguel
El sábado dejó de existir en el hospital local, afectado de Cobid-19 el conocido y caracterizado vecino Dr. Abel Bernardo Miguel a los 73 años de edad. Miguel estaba casado con la vecina Silvia Gilardenghi, con quien tenía dos hijos, Sebastian y Cintia, ambos profesionales residentes en la ciudad de La Plata.
La noticia de su fallecimiento causó un hondo pesar entre sus familiares y amigos, quienes reconocían en Abel cualidades que lo hacían una persona querida y respetada por todos. Sociable y divertido, talentoso en su profesión como abogado, brillante en su vocación de docente y músico virtuoso, además de ser un buen esposo y mejor padre.
Pero no todas han sido flores en la vida de Abel Miguel, “Cabezón” como le decían sus amigos cariñosamente, a quien el destino le jugó una mala pasada, debiendo luchar contra un cáncer que lo llevó a transitar en los umbrales de la muerte, pero su increíble fortaleza, el apoyo familiar, especialmente el de su esposa Silvia y la atención de los mejores profesionales, hizo que lo suyo fuera una terrible pesadilla, logrando una feliz mejoría y una cura total de la enfermedad. Dejó la profesión y su amor por la docencia, para acogerse a la jubilación, pero lejos de una vida sedentaria volcó sus energías en la música, pasando largas horas en su sala de música donde tenía sus instrumentos y un ambiente ideal para ejecutarlos y recibir amigos, a algunos de los cuales les daba lesiones de canto.
Fue Abel Miguel un hombre pleno, valioso integrante de nuestra comunidad que dejó la impronta de una vida dedicada al trabajo y a la familia, disfrutando de reuniones con amigos, en las que descollaba relatando vivencias de viajes y de sus múltiples actividades.
Sus restos fueron cremados en el crematorio de la vecina ciudad de Lincoln, recibiendo sepultura en el cementerio local junto a su madre Anita, fallecida años atrás, con el sentido acompañamiento de sus familiares y amigos.
El Oeste desea expresar a su familia sus más sentidas y expresivas condolencias.
Pablo Castarataro
Pablo Castarataro, 50 años, casado con Liliana Vázquez, padre de tres hijos, luego de varios días de internación en terapia intensiva no pudo vencer el efecto devastador del virus.
Su fallecimiento causó gran conmoción en la comunidad ya que era muy conocido, con muchas amistades y gran clientela que al enterarse de su deceso se mostró muy consternada.
Nuestro más cálido abrazo a su familia.
SUSANA OCHOA
Susana Ochoa con un poco más de 50 años también nos dejó el pasado sábado.
Hace pocos días su sobrino Juan Manuel Herrera (33) también falleció siendo víctima del Covid.
Mujer cordial, siempre sonriente y activa, tampoco pudo vencer al virus.
Un cortejo inmenso la acompañó el domingo a su morada final.
Nuestro más sentido p ésame.