LOS VALORES SANMARTINIANOS Y EL PRESENTE
Siempre se habló de los valores que nos legaron los grandes hombres que dieron origen a la patria independiente. De Belgrano, su desinterés por los cargos y los premios en dinero, a tal punto que, habiendo nacido en una familia de muy buena posición económica, murió en la pobreza. De Güemes su coraje y su defensa de los más humildes, siendo que pertenecía a una familia de la alcurnia salteña.
Sin embargo, los valores sanmartinianos trascienden las fronteras de la patria chica para pensar en la PATRIA GRANDE. Por ello su Plan Continental, por eso su desprendimiento en la Entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar. Porque San Martín sabía que, si América del Sur se fraccionaba cada vez más, sería fácil presa de los colonialismos y posteriores imperialismos de turno.
La PATRIA GRANDE debía ser homogénea, aunque costara relegar posiciones personales, tal cual lo hizo él. Esa PATRIA GRANDE que soñaron San Martín, Bolívar, O’Higgins, Sucre, el mismísimo Artigas y otros grandes de la emancipación suramericana.
La misma PATRIA GRANDE que se empezó a forjar a partir del MERCOSUR y continuó con el UNASUR a principios del nuevo milenio, pero que sufrió el duro golpe de las ideas neoliberales, fomentadas, principalmente, desde EEUU y el FMI, y acompañadas por gobiernos genuflexos que cedieron ante esos cantos de sirena y produjeron nuevos endeudamientos que, en el caso puntual de Argentina, ascendieron a decenas de miles de millones de dólares.
Si los países suramericanos no recuperan las ideas forjadas por aquellos que dieron origen a su independencia doscientos años atrás, difícilmente se cumplan los proyectos de unidad. El fraccionamiento, fomentado por los grandes centros del poder foráneo respondiendo al lema “divide y reinarás”, debe ser superado por aquel concepto ideológico fundacional de la PATRIA GRANDE.