CON LA AYUDA DE DIOS
Después de un año y medio del inicio de la pandemia, lentamente parecen ir descendiendo los contagios y las muertes y cada vez son menos las restricciones, por lo que podría decirse que son muchos los países que están intentando hacer una vida normal, con mínimas alertas, entre ellas el uso de los barbijos, la apertura de locales de fiestas y numerosas concesiones que antes estaban prohibidas.
De todas maneras son muchos los países que vuelven a tener rebotes , viéndose obligados a retornar a las previsiones anteriores. Argentina por suerte y hasta el momento puede decir que hay una remisión de los contagios y víctimas fatales, lo que podría considerarse auspicioso si dicha merma continúa.
Un año y medio de encierro, inasistencia a las escuelas, privados de fiestas familiares, reuniones con amigos, pérdida del trabajo, cierre de comercios y fallecimientos de familiares y amigos han sido más que suficientes golpes como para disfrutar –ahora- el fin de esa tragedia y empezar el camino de la reconstrucción.
Si el ministro Manzur confió en la ayuda de Dios, fuente de toda razón y justicia, es porque realmente confía en la ayuda divina como un recurso superior que de una vez por todas quite nuestros males.