Todo un personaje, casarense por adopción oriundo de 9 de Julio, vino a Casares siendo empleado de Banco Nación. Se puso de novio con Alicia Logiocco, y se afincó en nuestra ciudad, para luego contraer matrimonio y tener dos hijas Verónica y Andrea. Poco a poco fue mostrando su veta de hombre de negocios, algunos lo consideraban vendedor de ilusiones, pero finalmente hacía realidad sus sueños. Amante de los negocios de la noche y el espectáculo fue propietario junto a los socios de AQUELARRE de la lujosa confitería Periplo, continuando sólo, a la vez que explotaba en la parte trasera una cancha de Paddle. Incursionó en las bailables siempre con un filo de categoría, demostrando su buen gusto. Carlitos como le decían pasó por varios emprendimientos, fue propietario de una casa fastuosa, y con el tiempo emigró hacia La Plata donde continuó con su mismo estilo, incursionando en una sociedad inmobiliaria constructora de departamentos. Cayó por Casares con un millonario proyecto, un edificio espectacular en terrenos del club Atlético, difundiendo cantidad de pisos, calidad de las unidades y cuanto detalle podía tener. Un proyecto que muy pronto se hizo humo, como Carlitos, que volvió a La Plata a emprender otros negocios. Ocasionalmente pasaba por Casares a saludar amigos y contar anécdotas. En algún momento alguien dijo que se había separado, que tenía otra compañera y que había sufrido un ACV que lo tuvo algún tiempo postrado. Es lo que sabemos. Carlitos personaje, fantasioso e ilusionista. En suma un personaje simpático que no pasó desapercibido. Tenía 69 años.