EL DOLOR CONTINÚA, LA DEUDA TAMBIÉN
El 2 de abril de 1982, la dictadura militar argentina, cuyo máximo exponente en esa coyuntura era el presidente Galtieri, decidió recuperar las Islas Malvinas, que desde 1833 habían sido usurpadas por Gran Bretaña.
Pero la maniobra de recuperación no respondía a un plan madurado e inteligente, por el contrario. Era el manotazo de ahogado de un gobierno que venía en caída libre, producto de las aberraciones cometidas con los derechos humanos y una deuda externa que se había multiplicado a partir de la política económica del ministro Martínez de Hoz.
Los dictadores sabían que la recuperación de las Islas Malvinas era un sentimiento que unía a todos los argentinos sin distinción de partidos políticos.
El problema fue la improvisación y el engaño que terminó en un rotundo fracaso militar que arrastró a centenares de jóvenes a la muerte y otros tantos a consecuencias físicas y psicológicas insuperables..
Inglaterra, siempre colonialista
La usurpación de las Islas Malvinas en 1833 respondía a la búsqueda constante de colonias que le permitieran consolidar su imperio.
Para eso contaron con el apoyo de Estados Unidos, como también sucedió durante la guerra de 1982. Lo cual demuestra que los países poderosos nucleados en la OTAN, se alinearon detrás del colonialismo británico, como siempre.
Las Malvinas son argentinas.
Por herencia histórica del Virreinato del Río de la Plata y por pertenecer a la plataforma continental del territorio argentino, esta postura debiera prevalecer y es la que avala el reclamo constante de los gobiernos nacionales.
Pero los ingleses defienden, en este caso y por conveniencia, la postura de los kelpers, habitantes de las islas, de origen inglés. Vale decir, ocuparon el archipiélago por la fuerza, llevaron pobladores y con eso respaldan su postura, lo mismo que le critican a Rusia en la región del Donbas, contradictorios los muchachos.
Pero eso no debe amilanar a los gobiernos democráticos que deben seguir en la lucha por los reclamos de soberanía y el freno a la escalada armamentista en los mares del sur por parte de los países colonialistas.
Desmalvinizar la conciencia de los argentinos ha sido un error de varios gobiernos.
Hoy, más que nunca debemos fortalecer la idea de que tarde o temprano tengan resultados positivos los reclamos argentinos.