El sábado el Señor decidió llamar a su lado a una persona muy querida por nosotros, a alguien que compartió gran parte de su vida con quienes integramos éste diario, que con su capacidad en pocos minutos te sabía armar una noticia, a alguien que por sobre todas las cosas había conseguido formar algo muy preciado para todos los seres humanos que es una hermosa familia junto a su esposa Matilde, con quien trajeron al mundo tres hijos Emilio, Esteban y Laureana, quienes hoy ya hombres y mujer, están siguiendo los pasos de su padre y tratar de convertirse en una persona de bien como lo fue nuestro querido compañero y amigo José María Goya.
Infinidad de saludos hacia sus familiares fueron los que se pudieron ver por las redes y muchos de colegas del fútbol, deporte al cual amaba y que lamentablemente una fractura de muy joven lo imposibilitó de ser practicando.
Nos hemos tomado el atrevimiento de extraer del face de Gustavo A. Oroño, no sin antes pedirle permiso, unas líneas dedicadas al José, jugador de fútbol:
Decias José y alguien decía qué jugador..!!
Decias José Goya y alguien decia que buena persona…
Se ha ido José y la noticia me encontró desprevenido, quizás como cuando le dijeron esa tarde que iba de 2 en Mauricio Hirsch, esa fatídica tarde de domingo en la primavera de sus años. Pero José era bueno en serio, bueno, bueno, y todos lo deciamos. Que calidad..!! Hoy la revolean y juega cualquiera y dicen que es bueno.
Qué cagada lo que pasó, que pena y tristeza única. Se fue otro tipo bueno, por ese tobogán que la vida le puso delante aquel día del 75 y ya no pudo ser el mismo. José Goya, el que juega en Atlético.
José, el amigo, el disck-jockey, el que escribía, el bohemio silencioso, el de la charla agradable que entusiasma.
Yo estuve esa tarde allí, donde se cayeron todos los sueños y muchas lágrimas. Tantas como las de hoy, como las tuyas en la soledad irremediable de ya no ser y no volver.
Adios José Goya, formaste una familia e hiciste lo mejor por ellos y por vos.
Ahi va José con esa blanca camiseta número 2 que le quedaba pintada, anticipando altivo y con soberbia elegancia.
Hasta siempre