Recién ahora se hacen obras que no se hicieron en 21 años

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Desde el Canal Mercante, una obra fundamental del entonces Gobernador Antonio Cafiero, no se han realizado en nuestra región y especialmente en nuestro partido, obras hídricas que permitan el escurrimiento de las aguas. Decenas de proyectos pero nada concreto, recién ahora parece que la provincia ha cristalizado los desvelos de la gestión Torchio y responde con obras, que como bien lo dijera el intendente se construyen para los futuros 50 ó 100 años.

Pensar que los últimos gobernantes de Carlos Casares no quisieron o no se esforzaron para que las obras requeridas se realicen, sería una evaluación política incorrecta y mezquina. Y pruebas al canto, en su campaña Walter Torchio se esforzó en asegurar que instalándose al comando de la comuna casarense un hombre del mismo palo político que el gobierno central de la provincia, las posibilidades de Casares eran mayores. Torchio aseguró su gestión, y en su resultado no se puede estar en desacuerdo, pero si en la demora o acaso en el destrato que los gobiernos provinciales de los últimos 21 años hicieron con Carlos Casares y la región. Pasaron Duhalde (dos períodos), Ruckauf, Felipe Solá, Scioli y Scioli nuevamente.

¿Tiene razón entonces Torchio?. ¿Un pueblo como Carlos Casares atado a las decisiones del gobierno provincial debe tener un intendente del mismo color político para poder cristalizar sus reclamos y avanzar en la construcción de su crecimiento y desarrollo?.

Visto de donde se vea, analizado desde cualquier óptica parece un despropósito, pero esa incongruencia se estrella con la realidad. La propuesta de Torchio cuando le señaló a los casarenses la conveniencia de contar con un intendente que políticamente sintonice con el gobierno provincial, tenía la consistencia de los hechos. Pehuajó, nuestro vecino, mostraba y muestra un festival de obras logradas por la gestión de un hombre del oficialismo sentado en la intendencia. Chivilcoy parece la meca de el oeste, Alberti ha crecido en los últimos años más que en décadas, y podríamos citar muchos ejemplos más.

¿Está bien?. Por cierto que no, pero la política suele pasar por encima a la gente cuando ésta no pertenece a su misma filiación. Aunque se dan -seguramente- excepciones, y una de ellas pudo apreciarse con la apatía que en plena inundación demostrara el gobierno nacional del entonces presidente Fernando de la Rúa con el gobierno municipal radical del desaparecido José Juan Andreoli.

 

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