LOS CURAS Y UN PESO SOCIAL QUE SE HA IDO DILUYENDO
Con infinita alegría quienes son católicos, sea practicantes o no, han recibido la noticia del nombramiento del padre Horacio Lento, nacido en esta ciudad, como cura de Ntra. Parroquia de la Virgen del Carmen.
Estimamos que es la primera vez que un cura casarense, es designado al frente de la iglesia local.
Casares a lo largo de toda su historia, ha tenido una numerosa cantidad de sacerdotes que estuvieron al frente de nuestra parroquia, unos con un fuerte predicamento en nuestra comunidad y otros no tanto, algunos muy recordados y otros menos, pero la mayoría, salvo en estos últimos tiempos, considerados entre los personajes cuya presencia era infaltable en todos y cada uno de los acontecimientos de nuestra comunidad, con una participación activa no sólo desde el punto de vista religioso sino como un representante de la comunidad, que con frecuencia pronunciaba discursos referidos al hecho por el que había sido invitados.
Pero lamentablemente la presencia y el peso social de los titulares de la parroquia local se ha ido diluyendo con los años, el cura ha dejado de ser invitado a participar de acontecimientos a los que antes era considerado infaltable. Tal vez el que lea estas líneas recuerde al querido Padre Martínez, un sacerdote omnipresente en la agenda “histórica” casarense, el Cura Gaucho, el amigo de todos, el que no dejaba de visitar todos los enfermos del hospital, a los chicos de todos los merenderos, e incluso participando en ceremonias de la comunidad judía local, con la cual mantenía excelentes relaciones.
La designación del padre Lento al frente de nuestra parroquia es posible que cambie las cosas, su condición de casarense crea una pertenencia distinta, su presencia en cada cachito de nuestra historia enriquecerá el acontecimiento y seguramente imprimirá una fuerza nueva que acerque a muchos católicos a la iglesia.
Al padre Lento le damos la bienvenida, si se lo propone también podrá aportar mucho a nuestra comunidad