Solo aquellos pacientes que deben realizarse diálisis en los distintos centros de la zona, saben las molestias y gastos que tal situación les acarrea, habida cuenta que deben trasladarse a dichos centros tres veces por semana y perder prácticamente todo el día. Un estudio de la Asociación Nefrológica Argentina rebeló que por año en Carlos Casares se detectan entre dos y tres nuevos pacientes que deben ser dializados. Algunos llegan a realizarse diálisis y otros optan por otras terapias alternativas. Dichos pacientes sumados a los que ya se dializan, ya sea en Lin-coln, Junín, Pehuajó o 9 de Julio, representan una cantidad que justificaría la creación en nuestra ciudad de un centro de diálisis.
En realidad Carlos Casares contó entre los años 1995 y 2003 con el Centro de Diálisis Carlos Casares que funcionó primeramente en un local céntrico y más tarde en el hospital municipal. Era privado estaba dotado de todas las máquinas y la mejor tecnología del momento, y tuvo con la municipalidad un convenio por el cual se le cedían dependencias del nosocomio en comodato, teniendo el centro la obligación de atender en forma gratuita a todos los pacientes indigentes. Funcionaba bajo la responsabilidad de un médico nefrólogo, otro profesional médico supervisaba las sesiones, y se desempe-ñaban en el mismo dos Técnicos en Hemodiálisis y personal complementario. Se atendían entre 8 y 10 pacientes locales y también llegó a contar con pacientes de Quiroga, Guanaco, Bolivar y otros puntos. Por razones que fueron ventiladas en su momento y no fueron de índole profesional, dicho centro dejó de funcionar, debiendo ser derivados los pacientes que allí se atendían hacia otros centros de la zona.
Todo esto nos dice que si Casares contó ya con un Centro de Diálisis fue porque en ese momento se justificaba. Con más razón ahora si nos atenemos a las estadísticas a las que hemos hecho referencia. En aquella oportunidad se trató de una inversión privada y un convenio con la comuna, lo que posibilitó no solo que ambas partes hayan encontrado una solución de tipo económico, sino que los pacientes casarenses que se encontraban en situación de ser dializados, hayan podido ser atendidos en su propia ciudad con todas las ventajas que ello supone.
La idea no es descabellada y merece ser tenida en cuenta. Si lo que se busca en materia de salud es dotar al sistema de una adecuada complejidad que evite la constante derivación de los pacientes, el servicio de nefrología y un Centro de Diálisis no pueden faltar.