El domingo, siendo las 10 hs. un automóvil Fiat Uno, color negro, chapa URP 629, que circulaba en dirección Casares – Pehuajó, conducido por el joven Claudio Alberto «Gato» Arregui , de 28 años, a quién acompañaba su novia María Rosa Rodríguez, de 23 años, se despistó sorpresivamente hacia la banquina, donde volcó espectacularmente, dando varios tumbos. Arrregui en uno de los vuelcos fue despedido al exterior, cayendo en la banquina a unos 10 metros del automóvil siniestrado. Su novia quedó en el interior del mismo. Ninguno de los dos llevaba colocado el cinturón de seguridad.
MUERE EN EL HOSPITAL
Auxiliado por ocasionales transeúntes y la policía, Claudio Arregui fue conducido al hospital local en grave estado, producién-dose minutos después su fallecimiento, en virtud de las graves lesiones que presentaba (traumatismo cráneo encefálico con hemorragia cerebral), mientras que su novia fue atendida de heridas en el rostro y excoriaciones múltiples, lesiones estas que no hacían peligrar su vida. El joven fallecido era muy conocido, empleado del supermercado Día %, domiciliado en Barrio Carlos Arroyo casa Nº 30, y su novia en Barrio Buttazoni casa Nº 1.
A muchos de los observadores en el lugar del accidente les llamó la atención las huellas dejadas por el rodado, las que cruzaban la ruta desde la izquierda hacia la banquina opuesta. O bien el auto se le fue hacia la izquierda y al pretenderlo enderezar perdió el control del mismo, o bien algo se interpuso en su camino para que se desviara de la manera en que lo hizo.
UNA
VERSIÓN
Nos relataba un allegado a los protagonistas del accidente, que Arregui y su novia «Miry» habían salido del bailable, luego se acostaron unas horas en la casa de ella y salieron hasta el acceso ya que Claudio le estaba enseñando a manejar a su novia. Que al entrar a la ruta la chica dejó el volante y comenzó a manejar su novio, pero en las proximidades de la estación de servicio Esso un auto que circulaba adelante frenó de golpe sin poner el guiño, obligando a Arregui a hacer una maniobra para tratar de esquivarlo, lo que le hizo perder el control del vehículo. Esta versión de un tercero, que -repetimos- es allegado a la pareja. La misma persona nos aseguró que ninguno de los dos estaba alcoholizado.
El deceso de Claudio, un chico muy querido y con montones de amigos produjo gran conmoción y dolor. Era amable, divertido, muy buena persona. Se había comprado el auto hacía unos meses y lo disfrutaba día a día. Con su novia «Miry» tenían montones de proyectos, el primero de ellos comenzar una vida juntos. Pero el destino le hizo una cruel zancadilla, y todo se esfumó, perdiéndose una vida preciosa y un proyecto de vida que jamás se concretará.