“El palet me salvó, no tenía para comer”
Así titula la nota Eugenio Ezequiel “Pepa” Cerdá quien reconoce que “en mi vida había agarrado una madera, hoy es mi mejor aliada”; y enseguida suma a su familia, principal sostén y clientes que hoy disfrutan de su gran presente en el mundo del emprendedurismo en “Trabajos con palets”, oficio del cual es pionero en Casares.
Como consecuencia de un infortunio al querer ayudar a una persona, en cuestión de minutos, Eugenio Ezequiel “Pepa” Cerdá pasó de empelado a desocupado y malherido. El hecho ocurrió previamente al decreto presidencial del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio del 19 de marzo de 2020, tras la declaración de brote de Coronavirus como una pandemia global.
Pero un día, “Iba caminando con mi mujer (Mariana Ivaldi), cuando un conocido me frena y pregunta: – ¿Querés ir a trabajar de Albañil?; Acepté, seguimos caminando y cuando llegamos a casa le dije a Mariana: -No quiero trabajar de Albañil, quiero hacer algo para mí’”. Mientras la tierra seguía girando, Eugenio logró dormirse y, al día siguiente, con los primeros rayos de luz solar, tras el desayuno volvió a calle. Caminó hasta la histórica Escobería de Av. Alte Brown y Av. Entre Ríos y, allí tomó contacto por primera vez, con la madera, materia primera, que con el tiempo se volvió su mejor aliada. “Me dieron algunos palets y empecé con lo que tenía; un martillo, una tenaza, clavos y un atornillador a batería. Hice un banquito en L, lo publiqué (en Facebook) y lo vendí enseguida y, así se fue dando una seguidilla”. Fue así que poco a poco comenzó a equiparse de herramientas y cambiar de página su vida laboral.
Hoy, después de 4 años de haberse lanzado a la aventura del emprendedurismo, “no puedo tener nada en stock”, sostiene sonriente; lo propio es fruto del trabajo que realiza en el taller que montó en su casa donde día a día se gana la vida.
Eugenio Ezequiel Cerdá (Trabajos en palet) así figura en Facebook red social con la que empezó a hacerse conocido y, donde en los primeros 5 meses le regalaban los palets con los que trabaja. También está en Instagram como trabajos_enpalet_cscs. “Ahora los compro a granel”.
Si bien reconoció que nunca había trabajado la madera, si recuerda que hacía años había rondado en su cabeza encarar este presente, pero, por entonces trabajaba en relación de dependencia, hasta que, la situación cambió y se animó, porque, “Teníamos una necesidad. En la pandemia la pasamos realmente mal; fue un combo de muchas cosas y, por suerte se me prendió la lamparita y me va bien”.
“Tengo mis clientes, muchos de cuando arranqué”, cuenta agradecido mientras comparte un mate con su esposa en el comedor su casa (71) ubicada en el barrio Butazzoni, sobre la avenida Almirante Brown, a pasos del Centro Integrador Comunitario.
¿QUÉ PRODUCTOS CREA?
Eugenio es pionero en Casares recopilando y reciclando palets para reconvertirlos en productos que comercializa. Pero, ¿qué hace? Pérgolas, sillas, sillones, mesas, reposeras, baúles, hamacas, divisores de ambientes, postigos, bajo mesadas, casas para gatos y perros, entre otros tantos productos.
A la lista se suma el revestimiento de paredes. “Soy una persona de gran corazón. Me gusta hacer revestimientos de pareces que tienen humedad y, hago buenos precios para las personas que no pueden arreglarlas; busco que le sirva al cliente como a mí”, destaca.
¡LA FAMILIA SIEMPRE ESTÁ!
En los inicios de este camino, Eugenio como todos, a raíz de la pandemia se hizo más amigo de internet. “Miré fácil 10 videos y las mismas veces armé y desarmé mi primer banco que me compró mi suegra. Se sumó la tía de Mariana y mi mamá”, y así gracias al boca en boca y a la fuerza de las redes sociales se fueron enterando cada vez más personas. “Los clientes están siempre comprando algo, eso me dice que estoy haciendo bien las cosas”.
UN DÍA EN LA VIDA DE EUGENIO
“A la mañana trabajo en el taller y, a la par soy un papá luchón que le hace el desayuno y el almuerzo a sus hijos (Morena, Federico y Rebeca) y, a la tarde cuando está Mariana sigo trabajando, salgo a hacer cosas, vuelvo y continúo. No tengo horarios”.
¿CUÁL ES EL PRODUCTO QUE MÁS VENDES?
“Las reposeras son el fuerte. Cada verano hago más de 50 y envío a 9 de Julio, Pehuajó, La Pampa, entre otros lugares. El verano es la mejor época porque también salen muchas pérgolas”.
Y en contraposición, si bien trabaja en invierno, merma un poco. El pasado invierno afirma que trabajó “muy bien”, pero este aflojó, “me asusté y me fui a trabajar de chófer de camión menos de un mes porque repuntó y volví a trabajar con palet donde me hice simpático a la fuerza porque no sabía hablar ni pasarle un presupuesto a la gente. Me tuve que hacer”.
Como buen primer central que fue en la categoría 87’ del Club Sportivo Huracán, Ezequiel, como se dice en la jerga futbolística, en el palet encontró el puesto; es junto a su familia el motor diario que lo hace caminar, pero, también recuerda que en una época supo hacer “decenas de panqueques de las 6 AM hasta las 00 hs. codo a codo con Mariana cada uno con un sartén y, con eso hicimos el local donde hoy funciona su taller”.
Y como muchos, hizo de todo. Fue mecánico, trabajó en el campo, tuvo una verdulería, fue empleado de una metalúrgica, pero nunca nada asociado a la madera.
¿ALGUNA REFLEXIÓN O MENSAJE FINAL?
“Si uno se cae, cae todo. Por eso, también cuando alguien necesita, siempre estoy al salto y dono y colaboro con mis vecinos porque soy creyente en que cuando uno ayuda recibe el doble”.