LO QUE FALTABA
Hasta los que ahorran tienen problemas
No a todos les cae bien la palabra ahorro. Son tiempos difíciles en los que pensar en ahorrar se ha convertido en un deseo lejano. No obstante existe una franja de vecinos que aún tienen unos pesitos ahorrados y tratan por todos los medios de incrementarlos. Pero, claro, las opciones son dos, y decidirse por una puede ser crucial, ¿Dólares o Plazo Fijo?. La elección es difícil, oficialmente se pueden comprar 200 dólares por mes y a quienes les sobra unos pesos más pueden comprarlos a algún “arbolito” local, que los hay y varios. Pero lo que no se puede dejar de evaluar es el altísimo interés que están pagando los plazos fijos, un 118% anual, que pueden transformarse en 209% si se renueva dicho plazo fijo, sin retirar los intereses.
La decisión no es fácil, el ciudadano medio no tiene experiencia en temas económicos, escucha que algunos dicen “yo en $$ no ahorro ni uno sólo, compro dólares que es más seguro. Pero resulta que un amigo, tío o lo que fuere, le cuenta que hace meses tiene un plazo fijo al que no le retiró los intereses y ya incrementó el doble de lo que puso. No obstante tiene cierto temor que cuando asuma el próximo gobierno los ahorros en $$ no sean seguros. En suma algo tan satisfactorio como el ahorro termina siendo un problema difícil de resolver. Aunque… un tercero “opinador” con cara y panza de financista, le dice: “No te vuelvas loco, poné la mitad en dólares y la otra mitad en un plazo fijo, así cuando perdés en uno es porque ganás en el otro”. Nuestro amigo lo pensó y finalmente optó por esa variante, dividió en dos sus ahorros y se quedó más tranquilo. Ahora cada día que pasa calcula el valor del dólar y que porcentaje sube o baja, y lo compara con el valor de los intereses de plazo fijo para saber donde ganó y donde perdió. Su mujer viéndolo como se lo pasaba haciendo números en la compu, le dijo: “viejo, al final era mejor antes cuando no podíamos ahorrar ni una moneda…”.