Suena insólito, pero es de suponer que el Obispado de 9 de Julio al que pertenece la parroquia local ha tenido razones para vender con autorización de la Congregación, el panteón de las Hermanas de Nuestra Sra. del Rosario que guardaba los restos de seis religiosas y una laica que fallecieron en nuestra ciudad y disponer el retiro de los restos del querido y venerado Padre Martínez que descansan en la capilla del cementerio.
Trascendió a su vez que el panteón le fue vendido a la familia Picotto, que lo adquirió en una importante suma que no ha sido revelada, y que la orden de retiro de los restos del padre Martínez, que en un primer momento fue dada por el párroco local padre Juan Carlos Pellegrino, debió ser refrendada por el Obispado, que ajusta tal decisión a lo dispuesto en el Derecho Canónico que recomienda piadoso consentimiento de sepultura.
NO CAERÁ BIEN
Son muchísimos los fieles que recuerdan al llamado “Cura Gaucho” Antonio Martínez, y visitan la capilla para llevarle una flor y rezar por su eterno descanso. A esas personas que también aprovechaban para rezarle a la virgen, pedirle por sus muertos y prenderle una vela, la noticia no les caerá bien, aunque como buenos cristianos deben someterse a las decisiones de la iglesia. Tanto las monjitas como el adre Martínez han sido sepultados en tierra, por lo que es de esperar que la parroquia local les construya un monumento para poder visitarlos, pronunciar una oración y dejarles una flor.
