La vecina Felisa Wilson, de 31 años de edad, casada, madre de una niña de 4 años y con un grave problema muscular, distrofia muscular progresiva, que no le permite desplazarse si no es con silla de ruedas. En un tiempo reciente la mutual IOMA le entregó sin cargo una costosa silla de ruedas con motor que le permite movilizarse relativamente, ya que los problemas surgen cuando quiere ingresar a algunos comercios, o consultorios médicos (hace unos días debió hacerse unos análisis clínicos, pero al no poder ingresar con su silla, el profesional debió realizar la extracción de sangre en la vereda) o simplemente circular por la ciudad, dado que muchas veredas y lugares públicos carecen de las respectivas rampas para su ingreso.
La atención profesional a su problema está relativamente controlada “gracias a Dios tengo el apoyo de la mutual IOMA que me paga un profesional que tres veces por semana concurre a realizarme los cuidados necesarios”.En cuanto a la faz laboral nos acota “empiezo el lunes a trabajar en el Portal de mi Vida”. Hasta aquí, aparentemente, pareciera que todo está solucionado, pero…
UN VERDADERO DRAMA
“Yo vivo en una calle de tierra, Buenos Aires, y fui a la Municipalidad a pedir que me hagan una vereda, dado que para salir de mi casa para venir al centro, debo ir por pavimento para poder desplazarme con la silla y hay veredas de tierra, donde quedo atascada. Me dijeron que me iban a dar los materiales” y también nos dice, “otro problema es que necesito una casa, porque estoy viviendo de prestado. El Intendente ha dicho que va a hacer 100 casas y que de ellas 10 van a ser para discapacitados. Espero que allí esté la que me corresponde a mí. Y otra cosa, casi no se puede andar por las veredas por falta de la rampas correspondientes, como lo establece la reglamentación para discapacitados, Por favor que vean si se puede solucionar ese grave problema, para que podamos desplazarnos como corresponde”. Hasta aquí lo que es una verdadera súplica de una joven mujer que lucha con un grave problema de salud que no le permite su desplazamiento normal y que debe enfrentar los problemas que a diario le presenta la sociedad en que vivimos.
LA PALABRA DE SU ASISTENTE DE ENFERMERÍA
Pero Francisco Mena, su Asistente de enfermería personal, que es pagado por la mutual IOMA, fue más explícito: “su problema empieza desde el momento que sale de su casa. El pasar por las vías, en el paso a nivel, es un problemón y luego en la Plaza España, donde no tiene bajada y en los consultorios médicos también tiene problemas porque no hay entrada para sillas y que ella tiene la que le diera la mutual, que es magnífica y que la carga a la noche en la casa y le da una autonomía de 10 km, es ancha y pesada, imposible de moverla a mano y en los comercios, salvo Día %, frente al Banco Provincia, el resto no tiene entrada. Con la silla que tenía hasta ahora, que es la común de empuje, mas liviana, se movilizaba con un remís, en el que cargaba la silla, pero tenía un gasto de 50 ó 60 pesos por día. Se siente discriminada. Su vida es complicada y merece la atención para que se le solucionen muchos de estos problemas”