Lejos de la dádiva, el favor político, la prebenda, tan comunes en los gobiernos populares, el intendente Torchio parece haber elegido otro camino para consolidar su poder político. Se lo ve convencido en que la obra pública será su caballo de batalla para imponerse con holgura en las próximas elecciones legislativas y acrecentar así el caudal de votos suficientes que le permita gozar de la mayoría en el Concejo Deliberante, ya que en la actualidad necesita del voto de sus aliados para que sean aprobados sus proyectos. Si bien él no lo ha confesado públicamente, ha trascendido en su círculo íntimo de la política, que de triunfar en las legislativas de este año, irá por un segundo mandato. No escapará al lector la amplia difusión que realiza el jefe comunal de su obra de gobierno, dirigida en su gran mayoría a la obra pública.
Se desconoce por el momento cual será la estrategia de la oposición para impedir que se concreten las aspiraciones de W.T. También es una incógnita cuales serán los candidatos del GEN, de la UCR y el PRO para competir con los del FPV, que ya ha mostrado alguna carta. Faltan unos pocos meses, en octubre habrá Legislativas y antes de fin de año internas. En cualquier momento deberán comenzar los aprestos, y «a correr» dijo Muñoz.
La puja entre nación y provincia ha motivado que el gobierno central ayude en forma directa a los municipios, algo que al intendente casarenses ha beneficiado de sobremanera. Los últimos 600 mil pesos que De Vido le otorgó para cloacas y agua le vinieron como anillo al dedo.
