Un acontecimiento tan importante como el comienzo de las clases una vez más se vio empalidecido por las medidas de fuerza, justas o no de acuerdo del lugar que se las mire, implementadas por los gremios docentes.
Muy pocas provincias pudieron comenzar las clases normalmente y no fue precisamente la provincia de Buenos Aires una de ellas, con el agravante de ser la provincia que contiene la mayor cantidad de alumnos y docentes de todo el país.
A todo esto hay que sumarle la escasa información de los gremios y de la disparidad del acatamiento lo que provoca una gran confusión que envuelve a todo el sistema educativo, a padres, alumnos y también al gobierno provincial.
En Carlos Casares comenzaron las clases, con paro de por medio, en algunos establecimientos escolares, pero con un pronóstico de nuevos conflictos en su horizonte.
A pesar de todo ello, se pudo ver la alegría de los niños concurriendo al colegio, que hizo olvidar por un momento la triste realidad que rodea a la educación.