¿Se viene el circo?

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La Rendición de Cuentas como la frase lo indica, es un acto fundamental de la democracia, y refleja la esencia misma del trabajo opositor, que es el de controlar al gobierno comunal, en este caso revisando las cuentas del municipio, a fin de comprobar si se gasta bien, si no se cometen excesos, ni vicios administrativos ni irregularidades que podrían comprometer el patrimonio municipal o desnudar procedimientos rayanos a la ilegalidad.

No obstante se debe reconocer que no siempre se le ha dado a la Rendición de Cuentas su verdadero e importante rol. Con frecuencia se utilizó ese mecanismo democrático, para teñirlo de algún paso de comedia fruto de rivalidades o enconos políticos, desdibujando la esencia misma de lo que se pretendía señalar. Muchas veces desde estas páginas comparamos su tratamiento con un acto circense, empobrecido por intereses que son ajenos a los verdaderos intereses de los vecinos.

Es de esperar que en esta oportunidad la revisión de cuentas de la comuna se realice con responsabilidad y seriedad, sin estridencias ni histrionismo, y si en su estudio sobresalen errores groseros o acciones reñidas con la ética, y acaso con la ley, se les de el curso correspondiente como lo indican las normas legales vigentes.

Existen al respecto por parte de algunos analistas políticos ciertas reservas referidas al rol del Concejo Deliberante en el estudio de las cuentas del municipio, habida cuenta que en forma periódica (quincenal) dichas cuentas son auditadas por el Tribunal de Cuentas provincial, y por lo tanto pasan por el tamiz de profesionales (extrapartidarios) en ese tema. Claro está que la «sintonía fina» que sugiere el conocimiento de situaciones que ignoran los agentes del Tribunal de Cuentas, podría permitir el detectar irregularidades que ellos tal vez no detecten.

Lo esencial entonces, es que lo que se haga, se haga bien, y de ser posible desprovisto de todo matiz especulativo que más se acerque al show político que a la verdad.

 

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